Naciones Unidas, 20 octubre.- La pandemia de covid-19 ha expuesto y profundizado las desigualdades sociales, étnicas y culturales en todos los rincones del planeta, y en ese sentido la paridad de género, que en los últimos años ha logrado algunos avances, no ha sido una excepción, según recoge el informe «El Mundo de las Mujeres 2020» publicado este martes por la ONU.
«Ha habido progreso, el problema es que ha sido muy lento, y en ciertos aspectos, como en el poder y la toma de decisiones, que representa un área clave, necesitamos ser más visibles y ocupar puestos clave, tanto en el sector público como en el privado», asegura en una entrevista a Efe la jefa de la Sección de Estadísticas Sociales y de Género de la ONU, Francesca Grum.
El estudio, que se publica cada cinco años desde 1990, hace un balance sobre los avances, muchos de ellos tímidos, logrados a nivel mundial en la promoción de los derechos de la mujer, el empoderamiento de las mujeres y las niñas y la garantía de la igualdad de género.
En la presentación del documento, el vicesecretario general de la ONU para asuntos Sociales y Económicos, Liu Zhenmin, enfatizó también los progresos logrados en las últimas dos décadas en la educación y el matrimonio prematuro de las mujeres, así como en la reducción de la mortalidad infantil.
Sin embargo, advirtió de que «el progreso se ha estancado en otras áreas, como la participación de la mujer en el mundo laboral o la distribución desigual del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado».
LA COVID-19
La expansión de coronavirus ha afectado de manera diferente a hombres y mujeres.
El estudio destaca que si bien la mortalidad es mayor entre los hombres (un 60 %), las mujeres tienen un mayor riesgo de infección, especialmente en el lugar de trabajo, debido a su ocupación laboral, como en el sector de la salud, donde representan el 70 % de los trabajadores.
El informe también apunta que algunos tratamientos y políticas de prevención de algunas enfermedades comunes a ambos sexos se han visto «gravemente interrumpidas» como la hipertensión, el cáncer o las emergencias cardiovasculares, mientras que otros servicios dirigidos exclusivamente a las mujeres también se han visto afectados a nivel global.
LA VIOLENCIA MACHISTA, LA FORMA DE VIOLENCIA MÁS COMÚN CONTRA LA MUJER
«En torno a un tercio de las mujeres de todo el mundo han experimentado violencia física y/o sexual por su pareja», recoge el documento, que subraya que las agresiones machistas sigue siendo la forma de violencia más común contra la mujer, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo.
«Es una historia triste. La violencia contra la mujer continúa siendo un tema de preocupación mundial», asegura Grum antes de agregar que «en el último año, entre el 15 y el 18 % de las mujeres han sufrido violencia sexual y física» por parte de sus parejas íntimas.
Sin embargo, la ONU arroja algo de luz sobre esta situación y recoge que entre 2012 y 2019, la aceptación por parte de la mujer de la violencia machista se ha reducido en al menos el 75 % de los países en los que existen datos al respecto.
La nota también apunta que «en un puñado de países» se ha advertido una disminución de la violencia ejercida por las parejas íntimas desde 2005, aunque recuerda que a nivel mundial, una media de 137 mujeres mueren al día asesinadas por algún miembro de su familia.
La iniciativa, que por primera vez será publicada únicamente en una plataforma web, también valora positivamente que la mutilación genital femenina «se está convirtiendo en algo menos común en algunos países y subregiones».
Aún así, la ONU calcula que al menos 200 millones de niñas y mujeres han sido sometidas a la mutilación genital en países de África y Oriente Medio.
África del norte, Asia oriental y el África subshariana destacan por encontrarse entre las regiones donde menos del 50 % de las autoridades legislativas han aprobado leyes contra la violencia machista.
En total 153 países, de los 192 inscritos en la ONU tienen normas contra este tipo de violencia, mientras que 103 han aprobado legislaciones contra el acoso sexual y sólo 43 recogen en sus códigos penales la «violación dentro del matrimonio».
Asimismo, y volviendo sobre el impacto negativo de la covid-19 el informe insiste en que los confinamientos decretados a lo largo y ancho del planeta, más allá de las consecuencias psicológicas y de salud que ha afectado a hombres y mujeres por igual, ha llevado a que «muchas mujeres y niñas hayan quedado encerradas en «ambientes inseguros donde corren un mayor riesgo de sufrir violencia por parte de su pareja íntima».
UN LENTO AVANCE HACIA LA PARIDAD POLÍTICA, PÚBLICA Y EMPRESARIAL
«The World’s Women 2020, trends and statistics» (El Mundo de las Mujeres, tendencias y estadísticas) hace hincapié en que «las mujeres tienen que tener un mayor pape en puestos prominentes y de toma de decisiones», donde el acceso «ha estado restringido y el progreso ha sido lento».
El informe destaca la aplicación de cuotas como clave en la ampliación de la representación de la mujer tanto en la esfera pública como en la privada.
De este modo, la representación parlamentaria de las mujeres se ha doblado a nivel mundial de aproximadamente el 11 % en 1995 el 25 % actual, «principalmente por la adopción de cuotas y el logro de hitos en países de Latino América y el Caribe» y el número de mujeres en los consejos de ministros se ha cuadriplicado en el último cuarto de siglo hasta representar el 22 % de los ejecutivos.
En cuanto a los consejos de administración empresarial, la ONU destaca la escasa participación de la mujer y recuerda que el objetivo para 2029 no es alcanzar una paridad en el sector privado, sino que al menos el 30 % de las representantes en dichos consejos sean mujeres.
Así, en 2019, sólo el 28 % de los puestos en los consejos de administración estaban copados por mujeres, «casi la misma proporción que en 1995» una cifra que se reduce al 18 % cuando se trata de directores ejecutivos.
Grum también llama la atención sobre el trabajo doméstico y cómo este «principalmente recae sobre los hombros de las mujeres».
«Si juntas las normas sociales, las actitudes negativas sobre que la mujer trabaje fuera de casa, además de un marco legal desigualitario sobre derechos económicos, el llamado trabajo no remunerado y una distribución desigual de este trabajo no pagado, entonces esta combinación es lo que impide a la mujer alcanzar su pleno potencial económico», concluye la experta.
100 HISTORIAS PARA HUMANIZAR LOS DATOS
Grum asegura a Efe que, por primera vez, este informe quinquenal no será recogido en un libro, sino que se difunde a través de una plataforma web donde los datos van acompañados de cien historias que ilustran los distintos aspectos.
Historias recogidas en México, Italia, Japón, Colombia, Ghana o Moldavia ilustran estos y otros aspectos como el nivel de paridad entre el hombre y la mujer en el trabajo y en la educación o la disparidad entre el hombre y la mujer en el tiempo que ambos dedican al trabajo doméstico o al cuidado de otras personas.
«De esas cien historias, unas 30 hablan sobre empoderamiento económico de la mujer, se centran en su acceso al mundo laboral, en su ocupación, en la diferencia salarial o en el acceso y en la posesión de activos», pone como ejemplo Grum.
Jorge Fuentelsaz
EFE