La Habana, 15 de abril del 2023 – La crisis de carburantes en Cuba cumple dos semanas sin que el panorama se mueva un ápice: largas filas en las gasolineras -sobre todo en la capital- a la espera del preciado combustible que no llega. Y no parece que lo haga en el corto plazo.
Si bien es cierto que el desabastecimiento de gasolina en Cuba, un país en una profunda crisis económica, es un dolor de cabeza intermitente todos los años, esta vez las largas colas de carros se han mantenido.
Las imágenes han sido siempre las mismas desde que el problema explotó: autos particulares y estatales detenidos y transportistas que madrugan, muchas veces sin la certeza de que habrá diésel -utilizado, sobre todo, para los autobuses urbanos- al otro día.
La situación empeora también el otro gran dolor de cabeza de los cubanos: el transporte público. Las paradas en La Habana lucen abarrotadas de personas, sobre todo en los horarios de mayor demanda (mañana y tarde).
Las pocas guaguas (buses) que circulan en la capital -muchas veces, en pésimas condiciones- no dan abasto. Datos oficiales dan cuenta de que más de la mitad de la flotilla (poco menos de 900 vehículos) no funciona y la falta de carburantes empeora esta ya endeble situación.
Los taxis particulares pueden ser una opción, pero sus tarifas también han subido a la par de la escasez de combustible y un tramo puede sobrepasar los 100 pesos cubanos (4 dólares, según el cambio oficial).
En un artículo publicado, justamente hace dos semanas, por el diario oficial Granma -y luego borrado- se informó que el Gobierno de La Habana adoptó medidas para enfrentar el desabastecimiento. Entre ellas reajustar la cantidad de litros de gasolina «asignadas a actividades vitales»
También «se evaluará la venta de combustible según el tipo de vehículo, con límites de litros establecidos para cada categoría, aunque no se especifican cuáles serán las cuotas asignadas a cada cliente según su medio de transporte».
PAÍSES SUMINISTRADORES
Dos semanas después sin un pronunciamiento gubernamental sobre la crisis, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, aseguró el viernes que el desabastecimiento responde al «incumplimiento» de los países suministradores que también atraviesan una «situación energética compleja».
«No es (por) insuficiencia, ni problemáticas de las instituciones, sino por incumplimiento de los países que nos suministran», precisó Díaz-Canel en un fragmento de pocos minutos en el noticiero del mediodía de la televisión estatal.
El mandatario reconoció que «de entre las 500 y 600 toneladas diarias, ahora hay 400 toneladas para todas las actividades (transporte y economía)».
También reconoció que no está «claro cómo vamos a salir (de la situación)».
Según el presidente, un barco con combustible «se rompió en Santiago de Cuba (este), impidió que se pudiera descargar a tiempo y eso ha producido un atraso».
La disponibilidad se ha dirigido a la distribución para la generación eléctrica «para evitar apagones», indicó Díaz-Canel, quien añadió que «ahora hay un nivel alto de termoeléctricas en mantenimiento».
Cuba importa prácticamente todo el petróleo que consume y usa mayoritariamente este combustible para generar energía. Venezuela, junto con Rusia, es uno de los principales suministradores de crudo, pero con la crisis redujo la cantidad enviada a la isla.
APAGONES
Al nuevo capítulo de la actual crisis de energía en Cuba se le suma un elemento permanente: los apagones por déficit de generación eléctrica.
Según Díaz-Canel, el aumento de los cortes en los últimos días se debe a que «no ha llegado el diésel» a un grupo importante de bloques de las plantas generadoras.
En los últimos días, la empresa estatal Unión Eléctrica informó de afectaciones por encima del 15 %. Son cifras aún lejos de los niveles del año pasado, cuando llegaron a superar el 50 % en varias zonas del país con apagones de más de 10 horas.
Sin embargo, están muy por encima de lo registrado a finales de 2022 y en el primer mes de 2023. Para este sábado, los cortes afectarán el 23 % de la isla.
El déficit de energía aumentó desde finales de febrero justo después de cuatro fallas reportadas en la red eléctrica nacional que dejaron sin servicio a más de la mitad del país.
El sistema eléctrico nacional atraviesa una situación precaria con casi todas sus centrales termoeléctricas terrestres con más de 30 años de uso, la falta de inversiones y el déficit de combustible.
El Gobierno cubano programó tareas de mantenimiento en los primeros meses del año para afrontar en mejores condiciones julio y agosto, el periodo de mayor demanda.
También alquiló ocho plantas eléctricas flotantes para generar energía en un intento por paliar la situación.
EFE