La Central Unitaria de Trabajadores manifestó en su sitio web, cut.org.co, un rotundo rechazo a la reforma tributaria del presidente Iván Duque y el ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla, radicada en el Congreso de la República con el remoquete de ley de “financiamiento fiscal”. «Tratan de ocultar lo que realmente es, un asalto al bolsillo de millones de colombianos, cumpliendo las órdenes de los organismos internacionales con asiento en Washington, con el fin de resolver principalmente que Colombia pague pronta y cumplidamente los intereses de la deuda externa equivalentes a 52 de los 258 billones de pesos del presupuesto del año 2019; este monto es producto de una renegociación que postergó el pago, pero aumentó los intereses y los condicionamientos al país, siendo esta la principal forma de extracción de riqueza hacia el extranjero que somete a la Nación a la pobreza y el atraso».
Esta reforma tributaria, la número 14 en 30 años, se propone recoger 19 billones el próximo año, las víctimas principales son la clase media y los pobres, mediante la extensión del IVA a la casi totalidad de productos de la canasta familiar, arroz, pan, plátano, papa, yuca, cebolla, zanahoria, banano, carne de res, de cerdo, pollo, huevo, harinas, café, papa, cereales, chocolates, tomate, etc. Al 80% de los productos que son consumidos diariamente por millones y millones de pobres se le aumentará el 18% de su valor hoy, así, el gobierno pone a funcionar la lógica de rebajarle a los ricos y cobrarles más a los pobres, tanto que 11,3 billones serán producto de meterle la mano al bolsillo del pueblo. El cinismo y la hipocresía de Duque no tienen límites, con el señuelo de devolver el IVA a los 4,3 millones de hogares más pobres con $51.300 mensuales por hogar, intenta ocultar el garrotazo principal.
La pretendida reforma también le quitará en el 2019, la suma de 1,7 billones a las personas naturales que tengan ingresos mayores de 4,8 millones de pesos mensuales, igualmente la reforma plantea vender 2.3 billones de activos del Estado continuando la privatización.
Contrastando la precariedad que para el bolsillo de la mayoría de la población esto traería, la ley de financiamiento le rebaja significativamente los impuestos a las grandes corporaciones nacionales y extranjeras, al reducirle su gravamen en los próximos 4 años del 34 al 30%, que representa que al 2020 dejen de pagar $11,88 billones, completando lo que en el mismo sentido han hecho los gobiernos de la era neoliberal, exonerar de impuestos a las multinacionales y al gran capital financiero internacional. Este gobierno no es la excepción, funciona a las órdenes del gran capital y de los designios de los Estados Unidos.
Lo que se requiere hoy para reactivar la economía es mejorar la capacidad adquisitiva de la población con alzas generales de salario, con lo cual podrá adquirir mayores bienes y servicios, mejorando el consumo y por ende la producción, que queriendo dinamizar el uso de trabajo nacional se privilegiaría lo producido en Colombia y no el indiscriminado comercio de importación de todo tipo de mercancías y baratijas, que quiebran y desestimulan tanto al agro como a la industria y por ahí derecho, el desmejoramiento del trabajo y el empleo de nuestra población.
El gobierno la presenta como una fórmula para reactivar la economía y generar empleo, el mismo argumento utilizado en las anteriores reformas tributarias, sin que, en estos ya largos 30 años, haya evidencia real ni de lo uno ni de lo otro. Por el contrario, la economía real sigue sin despegar, dependiendo siempre de los oscilantes precios de materias primas como el petróleo y con una tasa de desempleo de alrededor del 10%, la más alta de América Latina.
La Central Unitaria de Trabajadores, junto al pueblo, se opone a la monstruosa reforma tributaria de Duque y Carrasquilla, hace un llamado urgente para que levantemos nuestra voz de protesta y a través de la denuncia y la movilización en las calles, los distintos sectores sociales, políticos, sindicales, académicos y gremiales, derrotemos este asalto a los bolsillos de la mayoría de los colombianos.