Trípoli, 22 sep- Las operaciones de rescate y ayuda humanitaria no cesan en la ciudad libia de Derna, devastada por las lluvias torrenciales del pasado 10 de septiembre, pero sin apenas testigos desde que el Gobierno del este restringiera el acceso a periodistas poco después de las protestas registradas en la plaza de los Mártires el pasado lunes contra la gestión de la catástrofe.
Amnistía Internacional (AI) pidió ayer jueves a las autoridades del este de Libia que levanten «inmediatamente» todas las restricciones impuestas a los medios de comunicación por las Fuerzas Armadas Árabes Libias (LAAF), al mando del mariscal Jalifa Haftar, que controla el este del país, y compite con el Gobierno de Unidad Nacional (GUN), que gestiona el oeste, con sede en Trípoli. La división entre estos dos centros de poder está en la lupa de la reciente crisis en el noreste del país.
Según los últimos datos oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta este viernes 22 de septiembre, casi 4.000 personas fallecidas han sido identificadas, a lo que la Media Luna Roja suma otras 10.000 todavía desaparecidas.
Las autoridades libias del este del país confirmaron ayer jueves el enterramiento de 3.351 personas y se estima que el número aumentará progresivamente.
Las operaciones de búsqueda de supervivientes se mantuvieron este viernes pese a las escasas esperanzas de recuperar personas con vida en la ciudad costera de Derna, zona cero de la tragedia con un tercio de las viviendas dañadas de una población de alrededor de 100.000 habitantes.
Los buques marinos localizaron 245 cuerpos en cooperación con los guardacostas de las ciudades libias de Bengasi, Misrata y Zawiya, el escuadrón de hombres rana y las fuerzas turcas y rusas. El equipo de búsqueda y recuperación del Centro de Apoyo y Medicina de Emergencia de las sucursales occidentales también recuperó hoy 50 cadáveres en la ciudad de Derna.
La pugna de Derna
Los cortes de Internet y comunicaciones en Derna comenzaron poco después de la manifestación del lunes, en la que cientos de indignados residentes pidieron la destitución del presidente del Parlamento, Aquila Salah, que apoya el Ejecutivo del este que controla esta zona del país: «Libia, unidad nacional. Este u Oeste. Los libios son hermanos y no hay diferencias entre nadie», clamaron los manifestantes.
Internet quedó restablecido ayer sin que hayan transcendido desde entonces nuevas protestas, aunque los accesos a Derna siguen restringidos a medios de comunicación desde entonces, según pudo comprobar EFE. Las ONG internacionales y nacionales pueden operar en la zona.
Las conexiones entre el oeste y el este son de por sí complicadas por la división administrativa del país, por lo que esta nueva crisis humanitaria ha puesto de relieve los efectos de la fragmentación, causas y consecuencias, al tiempo que ambos ejecutivos anuncian medidas para hacerse cargo de la gestión.
El Gobierno del este de Libia llamó este viernes a la comunidad internacional a participar en un foro el próximo 10 de octubre en la devastada localidad de Derna.
Las presas de Derna
«Desde el inicio de la crisis, los periodistas informaron sobre la necesidad de autorización de seguridad y otras restricciones de acceso y la interferencia en su trabajo por parte de los afiliados de LAAF. Dos periodistas libios dijeron a AI que funcionarios locales los detuvieron e interrogaron el 14 de septiembre antes de ordenarles que abandonaran la ciudad», aseguró la organización.
«En lugar de centrarse en facilitar el acceso humanitario a todas las comunidades afectadas, las LAAF están recurriendo una vez más a su perfeccionada maquinaria de represión para silenciar las críticas, amordazar a la sociedad civil y evadir responsabilidades», denunció ayer jueves Diana Eltahawy, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y África del Este y del Norte.
Además de las lluvias torrenciales, una primera evaluación desveló que el colapso de dos presas en Derna, con falta de mantenimiento, contribuyó al torrente de agua y las inundaciones que se cobraron miles de vidas.EFE.