Bogotá, 27 may – «Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla» es una frase que suele usarse para hablar de la necesidad de aprender de los errores del pasado, y bajo ese principio la exposición «Hay futuro si hay verdad» hace un recorrido por la Colombia que aspira a un futuro sin conflicto armado.
La muestra, instalada en febrero en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá, donde estará hasta diciembre, es una iniciativa que abre los hallazgos de la Comisión de la Verdad a toda la población y está pensada como una herramienta de aprendizaje que ayude a esclarecer qué fue lo que pasó en 60 años de conflicto.
Paneles ambientados con música y fotografías de la biodiversidad colombiana acompañan las dos horas de recorrido que incomodan y emocionan a las personas que visitan la muestra, que en los primeros tres meses fueron más de 13.000.
Sufrimiento en primera persona
Los muros recogen los anhelos y los gritos de un país desangrado por un conflicto que dejó unas 450.000 personas asesinadas entre 1985 y 2018, según estableció la Comisión, aunque si se tienen en cuenta los subregistros, la estimación de homicidios puede llegar a duplicar el número.
En total, la Comisión de la Verdad registró 8.775.884 víctimas de todo tipo por el conflicto armado en esos 33 años abarcados por su informe.
La coordinadora de comunicaciones de la exposición, Paula Velásquez, cuenta a EFE que las personas que la recorren una vez suelen salir muy impactadas, pero aquellas a las que les interesa el tema, «vuelven y en cada visita recorren rutas diferentes de la muestra».
La exposición está organizada en seis momentos que recorren la guerra y sus consecuencias y rescatan las resistencias de la sociedad civil para llevar al público a comprender las conclusiones y recomendaciones de la Comisión.
Los recuerdos de guerrilleros, exmilitares y comandantes se combinan con las declaraciones de mujeres que buscaron sin cesar a hijos y amigos que fueron víctimas de los ‘falsos positivos’ -como se conoce en el país las ejecuciones de civiles cometidas por miembros del Ejército- con la finalidad de «contar toda la verdad, no solo la de unos pocos», dice Velásquez.
Un arcoíris de diez líneas de colores da la bienvenida a los visitantes. Cada una hace referencia a un hallazgo de la Comisión con la oportunidad de hacer inmersiones en los cuatro periodos para comprender cómo afectaron al país en fechas diferentes.
Así, algunos de los hallazgos se refieren a violaciones de derechos humanos, el narcotráfico, la impunidad o la relación entre la cultura y el conflicto.
17 años de silencio
El año pasado, la Comisión de la Verdad, que surgió del acuerdo firmado en 2016 entre el Gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos y la antigua guerrilla FARC, entregó el informe final de la reconstrucción de la memoria del conflicto armado y del resumen de 11.000 páginas se tomaron las bases de esta exposición.
«Es el resumen de 11.000 páginas y aún así faltaron demasiadas cosas», dijo Velásquez, quien recalcó que la idea inicial era que la exposición estuviera de manera permanente en el Museo de Memoria de Colombia antes de que el edificio fuese abandonado sin terminar la obra.
Según la coordinadora, «se dice que si hiciéramos un minuto de silencio por cada una de las víctimas del conflicto armado en el país serían 17 años de silencio», y de manera simbólica a los grupos de estudiantes que llegan a hacer el recorrido les piden hacer 17 segundos de silencio.
La exposición fue una iniciativa incluida en el informe de la Comisión de la Verdad y trata de resumir las miles de páginas de sus conclusiones sobre el auge y la persistencia del conflicto armado, así como su comportamiento regional, sus efectos y recomendaciones para la no repetición.
Paula Cabaleiro
EFE