Chinandega (Nicaragua), 17 de mayo.- La popular fiesta de San Pascual Bailón en la provincia occidental de Chinandega, que año con año atrae a miles de devotos nicaragüenses y a turistas, se rindió este año a la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad del COVID-19.
San Pascual Bailón acogió una procesión con apenas peregrinos para evitar la expansión del coronavirus en esta provincia ubicada a 149 kilómetros al noroeste de la capital nicaragüense, donde, según el independiente Observatorio Ciudadano COVID-19, se registra la segunda mayor incidencia de casos sospechosos, sólo superado por Managua.
Los mismos devotos tomaron sus medidas y mientras unos con mascarillas incluidas bailaban al santo, considerado milagroso, otros rociaban alcohol en las manos a las personas que salían de sus casas a ver el desfile.
Aunque los organizadores anunciaron que esa festividad folclórica y popular se celebraría con bombos y platillos, la misma se enfrentó con la realidad del COVID-19 y los vecinos apenas salían de sus casas para saludar al santo que era bailado sobre el hombro de cuatro personas que lo cargaban.
POBLACIÓN SE RESGUARDÓ
Detrás del santo, iban menos de diez personas disfrazadas bailando al son de chicheros o bandas filarmónicas, también cubiertos, en su mayoría, con tapabocas.
Esos bailarines forman parte del tradicional desfile de «Los Mantudos», que son jóvenes tradicionalistas de Chinandega que ataviados de disfraces celebran a San Pascual Bailón, y que, según las autoridades, cuenta con muchos devotos en Nicaragua, sobretodo en Chinandega, pero que este año la mayoría de su población decidió resguardarse por el COVID-19.
Los promesantes que iban vestidos de «Mantudos» bailaban al son conocido como San Pascual ejecutado por una banda de filarmónicos,y cuyo baile se efectúa en forma de balanceado, es decir que tiene dos pasos sencillos que van para adelante y para atrás En la estructura de la danza existen siete personajes de «diablos» que le bailan al santo, que es la representación de las siete legiones de demonios que «tentaban» a San Pascual Bailón, según el Instituto Nicaragüense de Turismo.
Esa fiesta, que se remonta a hace más de 50 años, es organizada anualmente por la diócesis de Chinandega, en coordinación con el Instituto Nicaragüense de Cultura, el Instituto Nicaragüense de Turismo y la Alcaldía de Chinandega.
IGLESIA NO APOYÓ
Este año la diócesis católica suspendió la actividad religiosa y popular por la pandemia del coronavirus.
Sin embargo, el Gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega, que no ha declarado cuarentena y que se ha manifestado en contra de la campaña ‘Quédate en casa’, promovió la tradición y hasta anunció que 300 personas participarían en el desfile de «Los Mantudos».
En esta festividad, que históricamente ha sido de amplia participación y de fuerte arraigo popular, participaban unas 3.000 personas, según los organizadores.
Sin embargo, en el desfile de este domingo, y que es su día principal, Efe contabilizó menos de 50 personas.
«La Iglesia Católica suspendió esa fiesta y como católica, y para no contagiarme del coronavirus, decidí no acudir», dijo a Efe una mujer en los alrededores de unas de las parroquias de Chinandega.
Otros, bajo los efectos de bebidas alcohólicas, se sumaron a la procesión sin mostrar temor al COVID-19.
El Observatorio Ciudadano, que localiza de forma independiente casos de COVID-19 no reconocidos por las autoridades, ha abogado para que se declare una alerta en ese departamento, debido a que reportan 106 personas afectadas, 40 muertes por neumonía y sospechosas por COVID-19, y 23 trabajadores de la salud con sintomatología.
El Observatorio registra 233 muertos y 1.270 los casos sospechosos de COVID-19 en Nicaragua, cuyo Gobierno reconoce únicamente 25 y ocho fallecidos, desde que la pandemia ingresó oficialmente al país, a mediados de marzo pasado.
EFE