Bangkok, 6 de agosto de 2024.- El líder de la junta militar de Birmania, el general golpista Min Aung Hlaing, admitió en un inusual discurso la presión contra el régimen debido a los múltiples frentes abiertos por los grupos rebeldes que combaten al Ejército en todo el país, recoge hoy el portal del comandante de las Fuerzas Armadas.
El general golpista reconoció la «retirada» de las tropas del Ejército por seguridad, al aludir a la situación en el estado Shan, donde los militares perdieron el fin de semana el control del cuartel general militar regional y la ciudad de Lashio.
La caída de Lashio, que se une a la pérdida de decenas de ciudades en Shan desde la ofensiva iniciada en octubre del año pasado por un trío de poderosas guerrillas étnicas, es una de las mayores victorias de las fuerzas rebeldes desde el golpe de Estado de 2021 y que amenazan con seguir avanzando.
En su diatriba, de más de 25 minutos y emitida anoche por los canales de televisión birmanos, el dictador repasó los combates a lo largo del país contra las guerrillas étnicas y la Fuerza de Defensa del Pueblo (PDF, en inglés), el brazo armado del autodenominado Gobierno de Unidad Nacional (NUG) formado por políticos depuestos y activistas contra el régimen castrense.
La conocida como Alianza de la Hermandad, conformada por el Ejército para la Alianza Democrática de Birmania, el Ejército Arakán y el Ejército de Liberación Nacional Ta’ang, lanzó una ofensiva en Shan que logró arrebatar a los militares varias ciudades fronterizas con China y claves para el comercio bilateral.
Los enfrentamientos luego se extendieron por varios puntos del país con el apoyo de otros grupos rebeldes antijunta, que han asestado duros golpes a los militares.
En otra rara declaración, el militar birmano denunció que hay países extranjeros, sin citar cuáles, que proveen ayuda financiera y militar a los rebeldes.
«En algunas regiones controladas por las guerrillas en la frontera entre China y Birmania se han establecido fábricas de armas y munición» para la PDF y los grupos étnicos armados, asegura el general al remarcar que también existe un contrabando de armas desde Tailandia para las guerrillas que actúan en el sur de Birmania.
En sus referencias más habituales, el líder de la junta militar acusó a los opositores de «terroristas» y se comprometió a celebrar elecciones, una promesa que ha incumplido sistemáticamente desde la sublevación.
El Ejército justifica el golpe de Estado alegando un presunto fraude masivo durante las elecciones de noviembre de 2020, cuyo resultado fue anulado y en las que el partido de la nobel de la paz Aung San Suu Kyi, ahora detenida, arrasó, como ya hizo en 2015, con el aval de observadores internacionales.
El golpe de Estado acabó con diez años de transición democrática y abrió una espiral de violencia que ha exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas, con miles de jóvenes uniéndose a grupos armados que combaten al Ejército.
EFE