Leópolis (Ucrania), 9 de agosto de 2022.- Catorce años después del comienzo de la invasión rusa de Georgia, la conocida como «Legión Georgiana» ayuda al Ejército ucraniano contra Rusia, mientras su líder, Mamuka Mamulashvili, recuerda el apoyo que Kiev dio entonces a los georgianos.
Kiev fue la única capital que envió abiertamente a sus voluntarios a combatir a las fuerzas rusas al lado de las tropas del país del Cáucaso y es por ello para el comandante Mamulashvili, de 44 años, un socio estratégico.
El 8 de agosto de 2008, las tropas de Moscú invadieron Georgia en una operación bien planificada, con la cooperación de los Gobiernos prorrusos instalados en los territorios separatistas de Abjasia y Osetia del Sur.
El fin de la guerra, al que se llegó con la mediación del entonces presidente francés, Nicolas Sarkozy, dejó el 20 % del territorio georgiano bajo control ruso, mientras la reacción de la comunidad internacional, que mantuvo a Moscú como socio económico y político, fue escasa.
Para Mamulashvili, ya entonces quedó claro que Rusia no se detendría y trataría de reconstruir la antigua Unión Soviética, aun cuando no con el mismo nombre y fronteras, sí en la esfera territorial.
Tras la anexión rusa de Crimea y el inicio de la guerra en el Donbás, no dudó y acudió a Ucrania con un grupo de amigos para ayudar a repeler la invasión del «bárbaro estado terrorista».
«Ucrania y Georgia son socios estratégicos. Ucrania fue el único país que apoyó abiertamente nuestra lucha contra Rusia y muchos voluntarios ucranianos lucharon en Abjasia en la década de los 90 y nos apoyaron en 2008,» explicó a Efe por teléfono.
Fue en Abjasia, en 1994, donde Mamulashvili se unió a la unidad militar de su padre en el Ejército georgiano a la edad de 14 años. Tras luchar contra las tropas rusas, su batallón se vio forzado a entregarse y pasó tres meses en cautividad.
Más tarde estudió Diplomacia en París, pero pronto tuvo claro que Rusia «era sorda a cualquier tipo de diplomacia»; para él la invasión de Ucrania sólo es un paso más en una guerra que desde su visión comenzó en la década de los 90.
La Legión Georgiana, de la que es cofundador y que se integró en el Ejército ucraniano en 2016, es según cuenta la mayor unidad militar formada por extranjeros en Ucrania y cuenta con miembros de 32 nacionalidades, aunque la mayoría son georgianos.
Solo acepta soldados con experiencia de combate y puso fin hace tres meses a sus actividades de reclutamiento tras alcanzar la marca de 1.200 efectivos.
«La Legión participa en operaciones especiales tras las líneas enemigas,» explica Mamulashvili y agrega que los objetivos son centros de mando, equipos militares valiosos y estaciones de radiolocalización, entre otros, y que los soldados rusos capturados son transferidos siempre a las unidades competentes.
Grupos más reducidos de integrantes de la Legión han operado en muchos lugares a lo largo de la línea del frente y la unidad participó también en la batalla por Kiev, donde la muerte de cientos de civiles a manos de los rusos conmovió incluso a los soldados más experimentados.
El comandante no tiene una buena opinión del Ejército ruso, pero advierte de que sigue siendo de grandes dimensiones. Las fuerzas ucranianas, por otro lado, han cambiado mucho en los últimos ocho años y han desarrollado sus propios estándares militares, distintos de los de la OTAN y de los europeos, señala.
«Ucrania ha demostrado que puede usar de forma muy eficiente cualquier armamento moderno que reciba. Pero necesita mucho más,» afirma y agrega cada día de retraso en la entrega de armamento occidental causa muertes de civiles bajo el fuego de artillería ruso.
El comandante de la «Legión Georgiana» llamó además a los líderes occidentales a poner fin a las importaciones de energía de Rusia, ya que es «inmoral» seguir financiando lo que hace este país.
Por otro lado, lamentó la erosión de la democracia en su país de origen, donde fue en tiempos asesor del ministro de Defensa y donde su hermana, Nona Mamulashvili, es diputada de la oposición en el Parlamento.
«El Gobierno actual en Georgia es prorruso», asegura y afirma que las últimas elecciones estuvieron amañadas. A pesar de las enormes manifestaciones en apoyo de Ucrania, el Gobierno en Tbilisi ha evitado hasta ahora las sanciones y no ha proporcionado ayuda militar a Kiev.
El futuro de Georgia, al igual que el de muchos países europeos y de la OTAN, depende, según remacha Mamulashvili, de lo que ocurra en Ucrania.
La única forma aceptable de poner fin a la guerra, asegura, es que Ucrania recupere el 20 % de su territorio que está en estos momentos bajo control ruso, incluida la península de Crimea.
Rostyslav Averchuk
EFE