La unidad investigativa del periódico El Colombiano dio a conocer el domingo 24 de junio una información según la cual la mafia en Medellín estaría detrás de una millonaria caleta del Clan del Golfo, para lo cual habría cometido tres homicidios y otros atentados y acciones delincuenciales conducentes a lograr el objetivo criminal de hacerse al jugoso botín.
El dinero, cercano a los 20.000 millones de pesos, y que es buscado desesperadamente por grupos armados, podría generar muchas más muertes en la capital antioqueña.
Todo empezó el 15 de octubre del año 2017, día en que un grupo de hombres asaltó un apartamento en la urbanización Trigales, de Castropol, en El Poblado, calle 23 con carrera 41, y asesinó a las 12:50 de la madrugada a John James Palacios Madrid, encargado de custodiar el dinero y quien fue llevado hasta el baño del inmueble donde fue apuñalado.
Esta es la historia que narra El Colombiano y que Análisis Urbano transcribe por considerarla de suma importancia, pues afecta exponencialmente el orden público de la ciudad.
“Según la investigación preliminar de la Fiscalía, esta historia comenzó el 15 de octubre de 2017, cuando un grupo de personas asaltó un apartamento en la urbanización Trigales de El Poblado. Asesinaron al inquilino John James Palacio Madrid y robaron varias cajas y bolsas con dinero. Al parecer, la víctima custodiaba una caleta con dinero de la organización criminal Clan del Golfo.
El 6 de abril de 2018, seis meses después del robo, un sicario le quitó la vida a Carlos Andrés González Gómez, un comerciante investigado por su presunta participación en el asalto. El crimen sucedió en el edificio Moderatto del barrio Conquistadores de Medellín, a donde González llegó a reunirse con alguien. Según la investigación, lo citaron para que rindiera cuentas por un atentado ocurrido hacía pocos días en el barrio El Poblado.
El 12 de abril de 2018, al edificio Azure, ubicado en la calle 35 con carrera 63B, donde vivía Carlos Andrés González, en el mismo barrio Conquistadores, llegaron cinco hombres vestidos de civil. Las cámaras del lugar registraron su arribo a las 3:47 de la tarde. Tocaron el timbre, pero nadie les abrió. En el transcurso de la grabación se observa que sacan prendas de uso privativo de la Policía, al parecer, para simular un allanamiento. Se fueron 16 minutos después de permanecer en el sitio sin lograr ingresar.
Fuentes de la Fiscalía creen que estos hombres querían ingresar al apartamento de González para verificar si tenía el botín robado en El Poblado.
Al día siguiente, 13 de abril de 2018, se presentó otra situación anormal en el edificio Azure. Según el video de las cámaras de seguridad, a las 10:33 de la noche aparecen dos hombres en la rampa de acceso al garaje y tratan de levantar la puerta a la fuerza, pero no lo consiguen.
Cinco minutos después llegan más hombres y entre seis levantan parcialmente la puerta, rompiendo el mecanismo de seguridad, y logran ingresar.
También llevaron un automóvil Nissan March, al cual le cubrieron la placa con una chaqueta. En el video se observa que entre los delincuentes hay una mujer que habla por celular todo el tiempo y es quien al parecer les transmite las órdenes a los demás.
Las personas que ingresan al edificio van directamente al ascensor. En las imágenes se ve que usan guantes de látex para no dejar huellas. Llevan consigo tulas vacías. Y suben hasta el octavo piso y trataron de ingresar al apartamento en el que vivió el difunto Carlos González. Pero la puerta era blindada, por lo que no pudieron abrirla ni con barra metálica ni disparando varias veces a la chapa.
La hipótesis preliminar del caso apunta a que buscaban el dinero de la caleta de El Poblado. Mientras adentro esto sucedía, a las afueras del edificio Azure llegó una patrulla motorizada de la Policía y pidió a un domiciliario, que esperaba que le dieran ingreso a la edificación, que se fuera.
A las 11:03 de la noche, uno de los uniformados encendió las luces de la sirena de la moto durante cinco segundos y luego la apagó. Parecía ser una señal para los hombres que se encontraban dentro del edificio, que empezaron a salir de allí. Uno de los agentes revisa a dos de ellos, mientras el otro policía simula que persigue a otro hombre, que se va caminando sin afán del sitio.
Después de la requisa, estos dos hombres también se van. Luego salen del edificio otros dos sujetos y pasan sin problema delante del agente. El Nissan March también se retira lentamente con la mujer al volante y el hombre que llevaba la barra metálica.
Segundos después regresa el policía que simuló la persecución y con su compañero ingresan al edificio por el parqueadero. En ese momento reportan a la central que al parecer hubo un intento de hurto en el edificio.
Cinco días después, el 18 de abril de 2018, a las 6:43 de la tarde, se produjo un asesinato en la entrada del mismo edificio Azure. La víctima fue Wilmar Andrés García Correa, de 40 años, conductor de un ingeniero que vivía en el apartamento vecino de Carlos González, el de la puerta blindada. García le llevaba medicamentos al ingeniero, quien se recuperaba de un atentado perpetrado contra él quince días atrás.
La teoría del caso sugiere que estas tres muertes podrían estar conectadas con el robo de la fortuna del Clan del Golfo. Sin embargo, la investigación todavía no concluye. El paradero del tesoro de la mafia se desconoce y las autoridades temen que siga ampliando su rastro de sangre en la ciudad”.
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