Parecía imposible. ¿Cómo traer de regreso a Bogotá, en plena pandemia, con fronteras cerradas, a cerca de 400 colombianos, en situación vulnerable, repartidos en 19 países de Europa y el sudeste asiático? Ese fue el desafío que se planteó el embajador colombiano en Indonesia, Juan Camilo Valencia. Era, sin duda, el mayor reto de su gestión diplomática, que comenzó el 2 de enero de 2019.
Lo primero que tuvo claro el diplomático es que adelantar esa tarea solo era inviable. Ninguna aerolínea del mundo pondría a disposición un avión para traer a Colombia solamente a las 35 personas que tenía en Yakarta, capital de ese país. El costo sería imposible de cubrir.
Por eso, decidió armar un equipo junto a sus colegas embajadores de Tailandia Singapur, Vietnam y Malasia, además de Australia, quienes compartían su misma preocupación.
“Teníamos colombianos vulnerables, que no pudieron seguir estudiando, ni trabajando. En Australia, por ejemplo, podían laborar 22 horas la semana, pero ya no. Por eso, teníamos que movernos para llevarlos de regreso al país”, relató al diario El Tiempo el embajador Valencia.
Y ahí estaba el primer obstáculo. ¿Cuánto costaría tomar un avión y ponerlo a recoger colombianos en todos esos países? Por lo menos 3.500 dólares por persona (más de 13 millones de pesos). Una cifra muy alta. “Contamos con el apoyo de Garuda, la aerolínea insignia de Indonesia. Ellos nos ayudaron a planear el itinerario del regreso a casa. Y lo primero, era bajar el costo de los pasajes”, agregó el diplomático.
Por eso, ya no fue un avión, sino tres, los que se involucrarían en la operación transnacional. Con esto, se logró bajar la tarifa a 2.780 dólares (10.5 millones de pesos), que aunque alta -en tiempos normales el pasaje puede estar en 1.500 dólares (5.8 millones de pesos)- era más razonable que la inicial. “Hubo algunas quejas, pero estamos en una situación nada normal”, explico Valencia.
Por eso, muchos de los colombianos tuvieron que recurrir a la solidaridad. A través de las embajadas se promovieron ayudas solidarias, se impulsaron Vakis (donaciones a través de internet) y otros apoyos que permitieron, a varios colombianos que no tenían los recursos para pagar el pasaje, sumarse a la aventura. “Donde sea que estemos, los colombianos somos muy solidarios”, dijo Valencia.
Un vuelo tras otro, 70 horas de viaje
El itinerario que debieron seguir los colombianos para regresar a casa fue de película. Soportaron un vuelo tras otro, de ida y vuelta. Todos, sin embargo, con el ánimo de saber que cada escala, por dura que fuera, los acercaba un paso más a casa. El primer viaje fue para 28 personas que estaban en Tailandia. Ellos, por ser los primeros, fueron lo que más millas de vuelo, y paciencia, debieron sumar.
Los recogió el 15 de mayo un Boeing 737 de Garuda para llevarlos a Yakarta. Al llegar y a través de un permiso especial, debieron hacer transbordo directamente en la plataforma del aeropuerto a otra aeronave, un moderno Airbus 330-900 NEO, que los llevó a Melbourne, en Australia, para montar otro grupo de colombianos que estaban allí y en Nueva Zelanda y regresar a Indonesia.
Una vez en ese país, hubo que hacer un nuevo cambio de avión. Esta vez un Boeing 777-300 ER, al que se sumaron varios connacionales que estaban en Singapur, Hong Kong y Bali. La aeronave despegó rumbo a Nueva Delhi, en India, para recoger a 63 personas y salir rápidamente hacia Amsterdam, en Holanda.
Allí, se logran subir colombianos que estaban en Abu Dhabi, Emiratos Árabes, Egipto, Países Bajos, Alemania y Reino Unido. En total se logró repatriar a 366 compatriotas, de 19 países y cuatro continentes que este domingo, sobre las 3 de la tarde, pisarán por fin tierra colombiana, su hogar.
«Operativo sin precedentes»
Un poco más relajado tras varias semanas de estrés consolidando bases de datos, estableciendo contactos y gestionando permisos y apoyos, el embajador Juan Camilo Valencia dice sentirse agradecido.
“Garuda despidió a nuestros colombianos con honores, con la presencia el presidente de la aerolínea y todos sus vicepresidentes. En todos los países nos apoyaron pese a que muchos solo reciben a sus nacionales y en Colombia tuvimos apoyo constante de la Cancillería que, de hecho, los recibirá al lado del personal diplomático de Indonesia en Colombia”, le contó al diario El Tiempo.
Y remató: “Aprendimos mucho de esto. No sé si sea así, pero quienes saben del tema me han contado que es la primera misión humanitaria de estas características que se ha hecho. Y sin duda, por su actitud positiva y colaboración, los colombianos que repatriamos se lo merecen”.
Tomado de El Tiempo
