Naciones Unidas, 11 enero.- La ONU advirtió este lunes que el plan del Gobierno de Estados Unidos de designar al movimiento hutí de Yemen como una organización terrorista puede tener consecuencias graves, incluidas más dificultades para asistir a la población de un país que sufre la peor crisis humanitaria del mundo.
“Estamos estudiando el anuncio y su potencial impacto, pero es probable que la decisión tenga serias repercusiones humanitarias y políticas”, respondió el portavoz de la organización Stéphane Dujarric preguntado al respecto.
Naciones Unidas recordó en una nota que Yemen importa casi la totalidad de sus alimentos y señaló su preocupación por que, ante la posibilidad de ser sancionadas por cooperar con los hutíes, muchas empresas dejen de llevar comida al país.
“La operación humanitaria, la mayor del mundo, no puede reemplazar al sector privado o compensar grandes caídas de las importaciones comerciales de alimentos y otros bienes esenciales”, señaló la organización.
La ONU subrayó que el “creciente riesgo de hambruna” que hay en Yemen hace fundamental que Estados Unidos dé rápidamente las licencias y exenciones necesarias para que la ayuda humanitaria y las importaciones de alimentos puedan seguir llegando a todos los yemeníes.
Además, Naciones Unidas apuntó que la designación de los hutíes puede tener un impacto negativo en los esfuerzos para retomar el proceso político en Yemen y “polarizar aún más las posturas de las partes del conflicto”.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, anunció que el Departamento de Estado notificará al Congreso su intención de clasificar al movimiento hutí de Yemen como una organización terrorista extranjera (FTO) y designarla especialmente como una entidad terrorista a escala mundial.
Su solicitud incluirá a tres de los líderes hutíes en ese país, según el comunicado difundido este domingo por el Departamento de Estado, en el que Pompeo precisa que esta iniciativa proporcionará «recursos adicionales» para hacer frente a la actividad terrorista de la organización en el Golfo Pérsico.
Se espera que sirva además –añade la nota– para avanzar en los esfuerzos dirigidos a lograr un Yemen unido, soberano y pacífico, libre de las interferencias iraníes y en paz con sus vecinos.
En la nota, Pompeo reconoció que a EE.UU. le preocupa el impacto que esta decisión pueda tener en la situación humanitaria en Yemen, por lo que subrayó su intención de adoptar medidas para aliviar sus consecuencias en colaboración con organizaciones internacionales y no gubernamentales.
La guerra en el Yemen estalló a finales de 2014, cuando los rebeldes hutíes conquistaron amplias zonas del oeste y el norte del país, incluida su capital, lo que se agravó con la intervención de una coalición de varios países árabes, encabezada por Arabia Saudí, en apoyo del Gobierno reconocido internacionalmente.
Los hutíes cuentan con el respaldo de Irán, el gran enemigo de Estados Unidos en la región del Golfo y que es objeto de duras sanciones por parte de Washington.