Seúl, 24 dic – La oposición surcoreana amenazó hoy con presentar una moción para tratar de destituir en los próximos días a Han Duck-soo, primer ministro que ejerce como presidente interino del país, lo que ahonda la incertidumbre institucional en el país asiático tras la sorpresiva declaración de la ley marcial a principio de mes.
El opositor y liberal Partido Democrático (PD) dijo este martes que esperará al 26 de diciembre para compilar o no la iniciativa, la cual en el caso de ser finalmente presentada ante la Asamblea Nacional (Parlamento) debería votarse el domingo o el lunes.
Al presidente interino el PD le ha dado un ultimátum para que el jueves ratifique los nombramientos de los magistrados propuestos por el Parlamento para cubrir las tres vacantes actuales que presenta el Tribunal Constitucional.
Si no lo hace buscarán cesar también a Han, que ejerce las funciones del presidente Yoon Suk-yeol, destituido a su vez hace diez días en el hemiciclo tras haber decretado el estado de excepción el 3 de diciembre.
Inicialmente el PD anunció este martes que compilaría la iniciativa para inhabilitar a Han hoy mismo después de que el Consejo de Ministros no incluyera en su agenda horas antes la aprobación de dos investigaciones especiales promovidas por la oposición, una sobre el propio Yoon a cuenta de la ley marcial y otra sobre la primera dama, Kim Keon-hee, en torno a la que pesan acusaciones de corrupción.
La importancia de renovar el Constitucional
Sin embargo, dio marcha atrás con la esperanza de que Han se pliegue a sus exigencias, en especial las que hacen referencia al Constitucional, que comenzará a deliberar pronto si hace firme o no la destitución de Yoon.
Con o sin renovación, el máximo tribunal surcoreano tramitará la causa del presidente, lo que implica que, de no cubrirse las vacantes, los seis magistrados que ocupan asientos actualmente en la corte deberán aprobar por unanimidad el cese del mandatario para que éste sea firme.
Por su parte, el gobernante y conservador Partido del Poder Popular (PPP) ha expresado su negativa hasta ahora a que Han, en su capacidad interina, apruebe tanto los nombramientos del Constitucional como las investigaciones en torno a Yoon y su mujer.
Una hipotética situación sin precedentes
En caso de que el PD decidiera presentar finalmente la iniciativa para cesar a Han, se daría en el país una situación sin precedentes y cuyos parámetros no parecen estar del todo claros.
En Corea del Sur para inhabilitar en el Parlamento a un presidente deben votar a favor de la moción al menos dos tercios de la Cámara, un volumen de apoyos con los que la oposición, pese a ostentar mayoría, no cuenta (le faltan ocho escaños para alcanzar los 200 necesarios).
Sin embargo, para destituir a un primer ministro y a otros miembros del Gabinete solo hace falta una mayoría simple, un escenario en el que la aritmética sí respaldaría al PD.
Entre tanto, el PPP viene argumentando que un presidente interino debería ser considerado por la Asamblea Nacional como jefe de Estado y de Gobierno, mientras que los liberales claman que a Han se le debería aplicar el baremo de primer ministro.
Batalla para controlar los tiempos
El actual conflicto que protagonizan los dos principales partidos del país asiático parece centrarse en controlar los tiempos en torno al posible cese definitivo de Yoon.
El Constitucional tiene hasta el 11 de junio para decidir si restituye al presidente o si ratifica su destitución, en cuyo caso habría que convocar elecciones presidenciales en un máximo de 60 días.
El PD quiere aplicar la máxima presión a Yoon -que está siendo también investigado por un posible delito de insurrección a cuenta de la ley marcial- y a su entorno de cara a garantizar que su despido quede finiquitado lo antes posible y así poder concurrir como clarísimo favorito en las presidenciales.
Por contra, el bando gobernante parece estar buscando dilatar al máximo el proceso para la destitución de Yoon ante la posibilidad de que el Tribunal Supremo pueda ratificar pronto una sentencia por violar la ley electoral que pesa sobre el líder de los liberales, Lee Jae-myung.
Ante ese escenario, Lee quedaría entonces inhabilitado y dejaría a la oposición descabezada de cara a los comicios.
Así pues, en un panorama tan complejo y lleno de cálculos políticos, lo que suceda a partir del jueves será clave para saber si Corea del Sur puede encaminarse hacia un bloqueo y una parálisis institucional aún más grave que la que ya padece desde principios de mes.
EFE