El Gobierno de Siria y la oposición se reunieron hoy en una histórica ceremonia de instalación del Comité que empezará de inmediato los trabajos para redactar una nueva Constitución para el país, el primer fruto de años de esfuerzos diplomáticos para poner fin a la guerra civil.
«Yo sé que no es fácil para ustedes estar aquí y respeto esos profundos sentimientos, que son también el reflejo de los sentimientos de todos los sirios después de ocho años de conflicto», declaró el enviado especial de la ONU, Geir Pedersen, al dar la bienvenida a las delegaciones.
Enseguida, las felicitó por haber decidido participar y «por estar aquí, frente a frente, lo que es una poderosa señal de esperanza para los sirios que están dentro y fuera de su país».
El Comité está compuesto por cincuenta representantes del Gobierno, cincuenta de la oposición e igual número de representantes de la sociedad civil.
Como copresidentes actúan, en igualdad de condiciones, los jefes de la delegación gubernamental, Ahmad Kuzbari, y de la de la oposición, Hadi Albahra, quienes coincidieron en expresar su voluntad de que este órgano constituyente tenga éxito y la Constitución que se pretende escribir sea el inicio de una etapa en la que la guerra quede atrás.
En su discurso de apertura, Kuzbari hizo comentarios esperanzadores sobre la voluntad que tendría el Gobierno de llevar a buen puerto las negociaciones, pero a la vez lanzó advertencias, en particular de que las fuerzas sirias seguirán «combatiendo el terrorismo» mientras se redacta la Constitución.
El Gobierno de Bachar al Asad ha acusado de terroristas a todos los grupos opositores que se levantaron en armas desde el estallido social de 2011, que reprimió ferozmente, que dio paso a una guerra civil que todavía no está resuelta y que ha implicado a otros países desde Irán, Turquía y Arabia Saudí hasta Rusia y Estados Unidos.
«El pueblo sirio tiene los ojos puestos en nosotros y haremos lo mejor que podamos para tener éxito», dijo Kuzbari, quien sostuvo que una nueva Constitución puede ser la «piedra fundacional» de una solución política a la crisis que sufre su país.
El copresidente del Comité en representación de la oposición, Hadi Albahra, sostuvo que una nueva Carta Magna puede abrir «un nuevo capítulo en la historia de Siria» en el que se respete el pluralismo político y étnico.
Albahra, quien en 2014 dirigió delegaciones opositoras que acudieron a Ginebra convocadas por la ONU para intentar -entonces sin éxito- abrir negociaciones con el Gobierno, recordó esos intentos y confió en que si ahora han regresado es «para lograr lo que no conseguimos en el pasado».
«Sabemos que las 150 personas que nos reunimos hoy en esta sala tenemos distintas opiniones, pero tras ocho dolorosos años en Siria debemos buscar puntos en común, no diferencias», invocó.
Tras la ceremonia inaugural, las delegaciones abandonaron la sede de la ONU para retornar mañana jueves, cuando empezarán las deliberaciones.
EFE.
