Enormes esculturas del travieso pepino, el alegre kusillo o bufón andino, la elegante cholita y el colorido ch’uta, los personajes emblemáticos del Carnaval de La Paz, hechas con materiales reciclados, lucen en la principal avenida de esta ciudad boliviana con motivo de esta festividad.
Trozos de hierro, alambres, planchas metálicas sogas e incluso restos de tela recogidos por las cuadrillas de obreros de la Secretaría Municipal de Infraestructura Pública de La Paz fueron usados para la elaboración de estas esculturas.
LA INICIATIVA
Con 3,50 metros de alto, cada figura ha sido colocada en distintos puntos del paseo de El Prado, la avenida troncal que atraviesa el centro paceño, llamando la atención de transeúntes que no dudaron en detenerse, incluso a pesar de la lluvia, para tomarse fotografías junto a las esculturas.
En la elaboración de cada una se usaron entre 300 a 400 kilos de material en desuso, que recolectan a diario los trabajadores municipales entre restos de construcciones y escombros que deja la gente en la calle, además de la limpieza de sumideros, explicó a Efe el secretario de Infraestructura Pública, Rodrigo Soliz.
Según el funcionario, se trata de una iniciativa que comenzó hace unos años con la elaboración del pepino, por ser «la representación máxima del carnaval paceño», y luego sumaron al ch’uta, la cholita y la novedad este año es el kusillo.
«Estos son los personajes netamente paceños que dan alegría al carnaval», sostuvo Soliz.
Además de acompañar las festividades, con esta iniciativa se busca concienciar a la gente para que celebre con moderación y responsabilidad y pedirles que «pongan la basura en su lugar», agregó el secretario.
¿QUIÉNES SON LOS PERSONAJES?
Vestido con una careta y una especie de mono con encajes que usualmente es bicolor, el pepino refleja la alegría y el desenfreno urbanos durante el carnaval de La Paz.
Este centenario personaje suele llevar un morral con mixtura y serpentina que va lanzando mientras recorre las calles paceñas durante los desfiles callejeros que se organizan entre el sábado y martes de carnaval.
Es el rey indiscutible de la celebración, pues su «desentierro» semanas antes del carnaval marca el inicio de la fiesta en La Paz, que también despide las festividades con un entierro simbólico de este personaje en el Domingo de Tentación.
El ch’uta y la cholita introducen costumbres aimaras en la fiesta, como el agradecimiento a la Pachamama o Madre Tierra por sus frutos, una tradición arraigada en el occidente de Bolivia.
El ch’uta viste un pantalón abombado en las caderas, camisa, chaquetilla corta, sombrero y una máscara, y se mueve con un trote rítmico, haciendo dar incesantes vueltas a su pareja, que puede ser una o dos cholitas, las emblemáticas mujeres aimaras bolivianas que también lucen sus mejores galas en el carnaval.
El kusillo es un personaje de la cultura andina parecido a un arlequín o un bufón que baila a su propio ritmo e incluye piruetas en su coreografía.
NO SÓLO EN CARNAVAL
El uso de material reciclado para hacer estructuras decorativas no se restringe al carnaval, pues la Secretaría Municipal de Infraestructura Pública elabora anualmente desde 2013 enormes árboles de Navidad con distintos objetos, según Soliz.
Botellas de plástico PET, discos compactos, trozos de madera, botellas de vidrio, chatarra e incluso semáforos en desuso han sido empleados en estos árboles que se lucen en la época navideña en La Paz.
También han elaborado un belén de chatarra de hierro con todos sus personajes: la Virgen María y San José, el niño Jesús, los Reyes Magos, el buey, la mula, las ovejas y llamas.
En julio, cuando se recuerda la revolución en La Paz contra la colonia española, esta oficina municipal instala teas gigantescas, que son el símbolo de la libertad, en distintos puntos de la ciudad.
«Hemos ido creciendo, hemos ido aprendiendo con todos los compañeros cómo hacer estas cosas», destacó Soliz.
EFE.
