Montevideo, 27 jun – Abrir puertas para que en los próximos gobiernos haya «muchas más personas trans en cargos de decisión» es uno de los grandes retos que asume con su nuevo rol Collette Spinetti, la primera mujer trans en encabezar una secretaría de la Presidencia en Uruguay.

Cuando supo que había sido designada por el equipo de Yamandú Orsi para estar al frente de la Secretaría de Derechos Humanos, la profesora de literatura y de danza de 59 años, incansable activista fundadora de la Unión Trans del Uruguay y el Colectivo Trans del Uruguay, lloró y se hizo una pregunta.

«Me emocioné mucho, primero por la confianza del presidente, que el Gobierno depositaba en mí, y también porque pensé ‘¿cuántas mujeres trans antes de mí lucharon para que hoy, a 200 años de la independencia del país, pueda ser la primera mujer trans en un cargo en el Ejecutivo y (específicamente) en Presidencia?'», cuenta en una entrevista con la Agencia EFE.

Abrir puertas

Lo hizo, dice, en medio de la sorpresa de una decisión que no le confirmaron hasta que estaba siendo convocada a su primera reunión de trabajo y pensando mucho en su familia y en su padre, a quien describe como «un líder».

«Hubo muchos sentimientos encontrados, de felicidad obviamente. Y (por) esto que siempre decía mientras estaba en sociedad civil: estamos acá para abrir puertas para que otras personas entren. Así me siento. Esto es abrir una puerta para que en próximos gobiernos haya muchas más personas trans en cargos de decisión», resalta.

Quien dice no creer que haya pesado en la decisión su identidad trans, porque lo que define cada cargo es «la persona y su capacidad de ejercer ese cargo», pasó recién luego a dimensionar la responsabilidad asumida.

«Cuando me dijeron ‘sos la voz del Uruguay en derechos humanos’, dije ‘no me digan más cosas porque más tiemblo'», rememora quien también asegura haber sentido la presión frente a la comunidad trans, porque todas las miradas pasaron a posarse en ella.

«Ahora no tanto, pero al principio se me miraba como con lupa y con esto de los mandatos sociales ‘¿cómo una mujer trans?’ Pero yo siempre digo que todo se demuestra con trabajo y en eso estamos», añade en tanto dice sentir que, por ser la primera de su comunidad en llegar a ese rol, tiene que «ser excelente» o, al menos, acercarse a la perfección trabajando «con mucho cuidado y responsabilidad».

Dialogar y aprender, en tiempos complejos

Categórica en que su prioridad será «que los derechos humanos lleguen a todo el mundo, sin distinción», no oculta que, por haber trabajado toda su vida por las personas trans, tiene «muchísimo por aprender» de las demás poblaciones por las que debe velar desde su nuevo rol.

Consciente de que aprenderá directamente con los afrouruguayos, los migrantes, las personas con discapacidad, las privadas de libertad o los descendientes de indígenas -con quienes, indica, Uruguay tiene «una deuda» por su histórica invisibilización-, Spinetti no desconoce el desafío de afrontarlo en tiempos «de retroceso» para los derechos humanos a nivel global.

«Me preocupa mucho la extrema derecha», responde a la pregunta de qué peligros que afectan ya a otros países teme que afloren en Uruguay, y remarca lo irracional de que haya quienes, aún siendo víctimas de sus políticas, sostengan el discurso antimigrantes «que la ultraderecha, unida a iglesias pentecostales, impone».

Para evitarlo, una vía infaltable para la secretaria es «el diálogo», un camino del que quien considera «el diálogo permanente entre sociedad civil y Estado» como una de sus líneas centrales de trabajo dice ser promotora.

Cuestionar las leyes

Cerca del Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+, Spinetti se refiere asimismo al reto de hacer cumplir una ley clave para su colectivo, la Ley integral trans, que, aprobada en 2018, aún no se cumple en su totalidad.

En los cuatro meses que lleva en el cargo ha trabajado con otras autoridades para avanzar hacia ello, acota que su cumplimiento demorará porque implica acciones en materia del acceso a puestos estatales reservados por cupos, la educación, la salud y la vivienda.

En paralelo a ello, la secretaria promueve «cuestionar» leyes de derechos humanos como esta para evaluar posibles modificaciones o incluso impulsar nuevas normas.

«Si bien nombra a las personas no binarias, en realidad no les concede ningún derecho, entonces para mí tiene que haber una reforma de la ley en muchos aspectos», plantea quien también busca que se revisen la ley protectora de afrodescendientes y la ley antidiscriminación del país.

EFE

Alejandro Prieto

apf/scr/rrt

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