La reconciliación SÍ es el camino (segunda parte)

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Imagen tomada de www.reconciliacioncolombia.com

Redacción Análisis Urbano

En la primera parte de la entrevista realizada al dirigente Mario Agudelo Vásquez, titulada La reconciliación SÍ es el camino, se pudo ver cómo la experiencia vivida durante el proceso de dejación de armas y el desarrollo de los acuerdos de paz del Ejército Popular de Liberación (EPL) dejó hechos positivos y negativos que ahora, en tiempos de diálogos y negociación política, deberían tenerse en cuenta en el proceso que avanza en La Habana entre las FARC-EP y el Estado colombiano, en cabeza del presidente Juan Manuel Santos.

Lo positivo:

  • Las armas no eran el camino para lograr los cambios que requería y sigue necesitando el Colombia.
  • Aportar a la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente, una oportunidad que permitió hacer algunos cambios a la estructura del Estado.
  • Demostrar que a pesar de la falta de garantías reales fue posible hacer el ejercicio político y social.

Lo negativo:

  • No haber entendido la dirigencia del EPL y el mismo Gobierno nacional cómo era el tránsito del combatiente de base de la vida armada a la vida civil. No se prepararon suficientemente los hombres y las mujeres para dar el paso hacía la civilidad y por eso muchos retomaron las armas ingresando a grupos delincuenciales, organizaciones paramilitares o insurgencia.
  • No haber diseñado una política para la reincorporación de los mandos medios de la organización guerrillera, fundamentales en el proceso. Es claro que los combatientes de base quieren regresar y reconstruir su vida cotidiana al lado de su familia y entorno social, los dirigentes tienen claro cuál es su rol político y social, pero según Mario Agudelo, los mandos medios no lo tienen claro y con el agravante de que son los que concentran el poder armado e incluso económico de la organización a la que pertenecen.

En el caso del EPL fue fatal la falta de experiencia frente a la atención de los mandos medios, ya que muchos de ellos crearon la disidencia y posteriormente dieron vida a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).

  • No haber tenido políticas de paz territorial que permitieran la recuperación de los territorios donde hacía presencia está guerrilla, las cosas allí no cambiaron ni en lo social ni en lo económico, tampoco en materia de seguridad.

Finalmente, Mario Agudelo da su punto de vista sobre lo que fue el acuerdo de paz con las milicias populares, deja en claro que fue un craso error del Gobierno nacional haber llevado a una parte de sus miembros a conformar una cooperativa de seguridad armada llamada Coosercom (Cooperativa de Servicios Comunitarios) que contribuyó al autoexterminio de muchos de los miembros de las tres organizaciones desmovilizadas: Milicias del Pueblo para el Pueblo (M/P), las independientes del Valle de Aburrá y las Metropolitanas.

El gobierno debió fomentar la política de volver líderes políticos y sociales a sus miembros y no líderes de seguridad armada a quienes no ejercían labor de vigilancia sino de control social a la comunidad de los barrios donde ellos tenían influencia. Ese experimento armado legal se convirtió en la parapolicía barrial.

Finalmente Coosercom pudo haber sido el laboratorio donde se incubaron las Convivir —eran muy parecidas—. Mario no se explica cómo hizo el gobierno para fomentar la creación de las Convivir si conocía el fracaso dos años antes que había tenido la cooperativa de seguridad de los exmilicianos urbanos.

La segunda parte de la entrevista también tendrá aportes muy importantes que de igual manera servirán en un momento como el actual, cuando la paz viene en camino. Análisis Urbano insiste en que esta experiencia servirá como aporte real a la pedagogía de paz que Colombia requiere en lo rural y urbano.

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