Dos años antes de esa noche mi vida cambió y no volvió a ser la misma. Cansado de vender mis productos a un precio muy por debajo de los costos de producción, con los bancos enviándome cuentas de cobro que no podía pagar, no tenía con qué sembrar más. Con la esperanza de tener alguna vez una casa me dije “no más”. El poco dinero que tenía lo usé para echarle gasolina al carro e ir por los pueblos a hablar con la gente; allí rápidamente descubrí que mi situación era igual a la de otros y que sólo faltaba unirnos. El paro nacional agrario, la ruana dejó de ser un abrigo http://tinyurl.com/mrjk55z vía @elespectador