La influencia de la tecnología y las redes sociales han transformado el amor de pareja pues ha facilitado la interacción mediante el ocultamiento de personalidad, por lo que el ambiente se percibe más manejable y menos hostil que la interacción cara a cara, dijo este jueves una especialista.
En un comunicado, la psicoanalista Doris Soberanis, especialista en terapia de pareja y docente de la Universidad del Valle de México, Campus Santa Fe, explicó que este nuevo tipo de interacción permite que las personas se mantengan en sus espacios individuales.
Explicó que la tecnología y las redes sociales ayudan a exteriorizar y mediar algunos impulsos, ansiedades y emociones individuales que se experimentan en una relación de pareja.
«Han permitido el despliegue de las fantasías, deseos y anhelos que cada individuo busca en la expectativa de ideología de pareja, disponiendo así de un espacio alternativo para conocerse sin la presión social», indicó.
Del mismo modo, destacó que el amor a través de las redes sociales, también provoca un efecto de no vinculación lo que para algunas personas puede ser benéfico.
«El desconectarse y el no-compromiso facilitan la ruptura a voluntad, aunque no evitan el riesgo, sino que caen en la angustia producto de la ambivalencia de la modernidad líquida», aseguró.
Indicó que la pareja humana no ha funcionado siempre de la misma manera, sino que ha cambiado a través del tiempo en relación con las transformaciones sociales y culturales.
En ese sentido, dijo que se ha logrado una conexión entre países desarrollados o en vías de desarrollo y la difusión constante de mensajes en los que se ha generalizado el cambio en el paradigma de los roles establecidos culturalmente.
Por ejemplo, dijo, hoy la mujer se visualiza estudiando, trabajando y deja en segundo plano el ejercicio de la maternidad.
«Estos cambios facilitan el encuentro entre hombres y mujeres y la posibilidad de elegir pareja de forma consciente, en una relación en la que ambos conquistan mayor libertad individual», señaló.
Sin embargo, esta transición ha llevado también a que cada persona se viva y se piense de manera individual pues cada integrante de la pareja busca el crecimiento profesional, laboral y personal manteniendo una vida en común con acuerdos y negociaciones.
Lo malo de este tipo de relaciones, dijo la experta, es que ha puesto de manifiesto síntomas exacerbados de dependencia emocional y física, impulsividad y fallas de control que se reflejan en altos niveles de ansiedad y tristeza.
«Algunas parejas están centradas en el narcisismo, es decir, en la grandiosidad del sí mismo, centrada en la falta de realismo», comentó.
Finalmente, aseguró que los roles convencionales donde el hombre era fuerte, proveedor y monogámico, y la mujer débil, sumisa y dedicada a la crianza de los hijos, están sucumbiendo.
«En esta época del amor, prevalecen las ideas de igualdad de derechos, individualidad y libertad que llevan a la transformación de formas de convivencia familiar y de pareja», concluyó.
EFE.