La victoria de Sinn Féin y la división unionista perpetúan la crisis en Ulster

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Belfast (R.Unido), 6 de mayo de 2022.- Los primeros resultados de las elecciones autonómicas de Irlanda del Norte apuntan este viernes a una victoria histórica del nacionalista Sinn Féin y un repunte del centro, mientras la división en el unionismo aviva el temor de un boicot contra la formación de un Gobierno de poder compartido.

A medida que avanza el lento recuento de votos de los comicios del jueves, debido al complejo sistema electoral, el Sinn Féin, antiguo brazo político del IRA y firme defensor de la reunificación de Irlanda, lleva camino de convertirse en la primera fuerza de la provincia británica para acabar con cien años de dominio unionista.

«Me siento muy positiva, creo que hicimos una campaña muy positiva», declaró su líder en la región, Michelle O’Neill, quien, en caso de ganar, se presentará al puesto de ministra principal, un cargo nunca ocupado por un político nacionalista.

Después de retener su escaño en la Asamblea de Belfast por la circunscripción de «Ulster Centro», en el oeste de la región, O’Neill reiteró que desea «trabajar en cooperación con otros» para solucionar los problemas que afectan a la ciudadanía, como «el coste de la vida o la sanidad».

El Sinn Féin ha tratado durante la campaña de resaltar su preocupación por estos asuntos, pero la cuestión de la reunificación de Irlanda volvió a acaparar la atención del unionismo en un momento en el que el Brexit, dicen, pone en peligro su preciada unión con la corona británica.

BOICOT UNIONISTA AL GOBIERNO

El Partido Democrático Unionista (DUP), mayoritario durante los últimos 20 años, reiteró hoy que no entrará en un Ejecutivo con los republicanos si las conversaciones que mantienen Londres y Bruselas no desembocan en la eliminación del protocolo del Brexit para la región.

«Hasta que no se resuelva este asunto podrán celebrarse las elecciones que quieran, pero no habrá Gobierno hasta que no arreglemos la cuestión del protocolo», advirtió Ian Paisley, parlamentario del DUP en Westminster.

El dirigente unionista, hijo del histórico reverendo del mismo nombre, confió en que, a la luz de los resultados electorales, Londres «tiene ahora que centrarse en resolver» los problemas que los arreglos comerciales pos-Brexit están causando en Irlanda del Norte.

El protocolo obliga a revisar las mercancías que llegan desde Gran Bretaña para la entrada incontrolada de productos al mercado comunitario europeo, al tiempo que impide una frontera dura entre las dos Irlandas, clave para el proceso de paz.

No obstante, esta solución ha elevado las tensiones políticas, sobre todo en la comunidad unionista-protestante, que ve peligrar su posición dentro del Reino Unido cuando los nacionalistas más agitan la bandera de la unificación.

Por ello, el propio DUP forzó la caída del Ejecutivo el pasado febrero y ahora no tiene intención de presentar, en caso de que quede segundo en los comicios, un candidato al puesto de ministro principal adjunto de Michelle O’Neill.

Según dispone el acuerdo de paz del Viernes Santo (1998), que puso fin al conflicto norirlandés, ninguno de los dos puestos puede existir sin el otro y aunque ambos tienen el mismo estatus, el cargo de ministro principal tiene una enorme carga simbólica para el unionismo protestante.

AUGE DE ALTERNATIVAS AL UNIONISMO Y NACIONALISMO

Como preveían las encuestas durante la campaña, el hartazgo del electorado con las constantes crisis constitucionales ha provocado el auge de formaciones no alineadas con los dos bloques tradicionales, como el Partido Alianza, encabezado por Naomi Long, quinta fuerza en los comicios de 2017.

La Alianza, de centro liberal no sectaria, podría afianzarse ahora en la tercera posición, no muy lejos del DUP, para entrar con fuerza en el próximo Ejecutivo.

Durante la anterior legislatura, Long formó parte de un Gobierno autónomo dominado por el DUP, Sinn Féin, el nacionalista Partido Socialdemócrata y Laborista (SLDP) y el Partido Unionista del Ulster (UUP).

El Brexit, rechazado por el electorado norirlandés en la consulta de 2016, ha pasado factura al DUP, que sigue defendiéndolo, y ha provocado la «división» del bloque protestante, según reconoció hoy su líder, Jeffrey Donaldson.

«El unionismo no puede permitirse esta división. Se pueden perder escaños por ello, aunque tengamos intereses comunes por nuestra creencia en la unión (con el Reino Unido) o por nuestra oposición al protocolo», declaró Donaldson.

En realidad, solo la Voz Tradicional del Unionismo (TUV), una escisión del DUP, también quiere la eliminación del protocolo, pues el UUP -que rechazó el Brexit- entiende, como los nacionalistas, que tiene beneficios para la región pero que su funcionamiento puede mejorarse.

Así las cosas, Donaldson podría quedarse solo en su oposición a entrar en un Gobierno de poder compartido, lo que no evitaría, sin embargo, una larga crisis institucional en Irlanda del Norte.

EFE

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