La violencia sexual contra las niñas es «una crisis» en Guatemala, advierte ONG

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Fotografía del 25 de octubre de 2024 de la doctora Mirna Montenegro, del Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva (OSAR), hablando durante una entrevista con EFE en Ciudad de Guatemala (Guatemala).EFE/ Mariano Macz

Ciudad de Guatemala, 28 de octubre de 2024.- Al menos 1.463 niñas de entre 10 y 14 años se convirtieron en madres este año en Guatemala, víctimas de violación, lo que provoca una verdadera «crisis» para la infancia en el país centroamericano, agravada por la impunidad casi total de los agresores.

Así lo afirma la doctora Mirna Montenegro, directora de la organización no gubernamental Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva (Osar), que ha contabilizado más de 40.000 mujeres de entre 10 y 19 años embarazadas en lo que va del año.

«Este año conocí a una niña indígena, de 13 años, del departamento (provincia) de Huehuetenango (noroeste), que llegó embarazada a una clínica y se trataba de su segundo bebé. El primero lo tuvo a los 11 años. Esto quiere decir que el sistema no está resolviendo esta crisis», relata Montenegro en una entrevista con EFE.

De acuerdo a Montenegro y los registros de Osar, entre enero y septiembre de este año fueron documentados 43.035 embarazos en mujeres de entre 10 y 19 años.

«De estos casos, un total de 1.463 son de menores de 10 a 14 años, lo que constituye un delito de violación, del cual solo 5 % será procesado por la Justicia y ni la mitad de estos llega a una condena contra el violador», subraya la doctora, a cargo de Osar desde 2008.

 La respuesta estatal a estos casos «es lenta e insuficiente», según advierte Montenegro, ya que las autoridades carecen de mecanismo preventivos contra la violencia sexual.

«El Estado tiene un bono económico para las familias de las niñas víctimas de violencia, pero no solo es insuficiente, sino que tramitarlo puede tomar hasta dos años. Además, las niñas sufren mucho y los hospitales no siempre tienen lo que se necesita», apunta.

Por mejores leyes

Montenegro espera que se apruebe pronto una iniciativa de ley, presentada en 2022 por la ahora bancada oficial, Movimiento Semilla, para reforzar las medidas en contra de los agresores sexuales.

 «Esperamos que este Congreso apruebe la iniciativa que pretende reformar el artículo 264 del Código Procesal Penal, para que los sindicados de violación de menores de 14 años no puedan ser beneficiados con arresto domiciliario mientras se les investiga», indica Montenegro.

 De acuerdo con cifras del Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva, el año pasado solo 255 agresores de 1.255 violaciones contra menores de 14 años fueron enviados a prisión.

«También necesitamos influir para que no se niegue la educación sexual. Es un pilar que hace falta en nuestro país y su ausencia está golpeando fuertemente en la vida de las niñas», agrega la doctora.

Vínculos con la desnutrición

Según cálculos oficiales, en Guatemala uno de cada dos niños sufre de desnutrición y el 59 % de la población vive bajo el umbral de la pobreza.

«La violencia sexual que está convirtiendo en madres a miles de niñas está directamente asociada a la desnutrición que se vive en el país», apunta Montenegro.

Precisamente un informe de Osar en 2023 apunta a que el 58 % de los niños con desnutrición crónica en Guatemala son hijos de adolescentes menores de 18 años y prácticamente la mitad de los bebés que tienen como madres a niñas de 10 a 14 años tienen altas posibilidades de sufrir desnutrición en zonas rurales.

«Son regiones muy grandes y con una presencia estatal mínima. Casi no existen centros de atención. Las niñas viven en comunidades aisladas donde los violadores son sus padres, tíos, padrastros, hermanos, maestros o vecinos», concluye la experta.

 David Toro Escobar

EFE