El comandante del Ejército Nacional, general Eduardo Zapateiro, envió un mensaje de condolencias a la familia de Jhon Jairo Velásquez Vásquez, conocido como Popeye, exsicario del cartel del Medellín, quien falleció como consecuencia de un cáncer. Tras conocerse la noticia y al ser cuestionado por periodistas, el oficial indicó: “Lamentamos mucho la partida de ‘Popeye’, somos seres humanos, colombianos y del comandante del Ejército solo tienen que esperar seguridad y defensa, es mi responsabilidad».
Velásquez, quien confesó su participación en al menos 3.000 crímenes, cumplió 23 años de prisión y en 2018 fue recapturado por un caso de extorsión. Además, para el momento de su muerte, tenía vigente una medida de aseguramiento por su posible participación en el magnicidio del director de El Espectador, Guillermo Cano Isaza, ocurrido en diciembre de 1986. El general Zapateiró aseguó que las acciones criminales de Popeye, hicieron daño al país.
«(…) un daño que aún no ha podido ser cicatrizado como es el narcotráfico, es un cáncer que tiene en estos momentos con metástasis a nuestro país», agregó. El alto oficial aseguró que 1993 estuvo comprometido en combatir el flagelo del tráfico de drogas. Popeye aseguró que ingresó al cartel de Medellín en 1986, luego de un paso por la Escuela de Cadetes de la Armada y por la Escuela de Policía General Santander.
Entre sus crímenes se encuentran el secuestro del entonces candidato a la Alcaldía de Bogotá, Andrés Pastrana, en enero de 1988, el asesinato del procurador Carlos Mauro Hoyos esa misma semana. También se lo vincula en las muertes del procurador Carlos Mauro Hoyos, la periodista Diana Turbay, el ministro de Justicia Rodrigo Lara, el candidato presidencial por el partido liberal Luis Carlos Galán, el coronel Valdemar Franklin Quintero, entre miles de víctimas más.
Ante la reacción que generaron sus palabras, el general Zapateiro envió dos trinos en su cuenta de Twitter explicando que se trataba de «un acto simplemente humano», pero dejando en claro su compromiso en la batalla contra el flagelo de la droga.
Tomado de El Espectador