El sábado 30 de septiembre, una patrulla de la Unidad Para la Edificación de la Paz (Unipe) fue emboscada en zona rural del municipio de Miranda, en el norte del Cauca. En el hecho, atribuido a la disidencia del Frente Sexto de las FARC, resultaron tres policías muertos, lo que generó indignación en la comunidad y en las instituciones estatales, debido a que los agentes se encontraban realizando trabajo social en la zona.
El alcalde de Miranda declaró: «Fue un vil ataque contra los uniformados que adelantaban un trabajo social con la comunidad». Según las declaraciones del mandatario local, los responsables del múltiple homicidio fueron los disidentes de las FARC que operan en el norte del Cauca. Las autoridades de esta región, indicaron que algunos crímenes cometidos en este 2017 en contra de miembros de la extinta guerrilla fueron de autoría de las disidencias de la misma organización. Los homicidios de Éider Quitumbo Quinayás, Álvaro Ortiz Cabezas y José Húber Yatacué estarían relacionados con estos.
Lo preocupante de lo que sucedió en Miranda es que el ataque se perpetró entre las veredas Campoalegre y La Unión, cerca de Monterredondo, en donde funciona actualmente el Espacio de Capacitación y Reincorporación, anteriormente Zona Veredal de Normalización. Recordemos que en reiteradas ocasiones las FARC han denunciado públicamente la presencia de hombres armados en los perímetros de los lugares de concentración, de allí la incertidumbre que genera la emboscada cometida en contra de una patrulla que realizaba, precisamente, labores de paz.
Por otro lado, la ocupación de territorios abandonados por las FARC en el norte del Cauca por parte del ELN ha permitido que el «crimen residual» de dicha agrupación actué en conjunto con los mismos. El ataque del 30 de septiembre prendió las alarmas en la región debido a la declaración de cese al fuego bilateral anunciado por el ELN y el Gobierno nacional, y que irá hasta el próximo 9 de enero. Según el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, el ELN, y estos grupos disidentes, ya han actuado en conjunto en el Cauca en anteriores ocasiones, sin embargo, el pasado lunes declaró que el cese al fuego se ha mantenido «en un cien por ciento».
En la zona donde ocurrió la emboscada se ha fortalecido la Compañía Milton Hernández, del ELN, a la que el Ejército y la Policía le atribuyen un ataque en la vereda Cuchilla, del municipio de Caloto, en el que murió un soldado y otro quedó herido, además de la muerte de un patrullero en la hacienda La Emperatriz, en el mismo municipio.
Según lo informó La Silla Vacía, en estos últimos acontecimientos participó alias Mordisco, señalado por las autoridades como uno de los autores del ataque del 30 de septiembre y quien estaría liderando las disidencias del Frente Sexto junto a los alias Richard y Rómulo, también identificados en la emboscada. Fuentes oficiales señalan que Mordisco también tiene injerencia en Guainía, Vaupés, Guaviare, Meta y Caquetá, donde, de la mano de alias Gentil Duarte, espera controlar las rentas derivadas del negocio del narcotráfico.
Las alianzas denunciadas desde 2015 entre los disidentes de las FARC y el ELN, no solo ponen en riesgo la estabilidad del acuerdo de paz firmado en La Habana, sino que generan dudas sobre el cese al fuego bilateral, ordenado desde la máxima comandancia del ELN por el mismo Nicolás Bautista, alias Gabino.
La presencia en esta zona de otros tres grupos disidentes, asociados al negocio de la coca y la marihuana, genera pánico en la comunidad que espera la transición hacia el posconflicto. En el norte del Cauca, en los municipios de Miranda, Caldono y Buenos Aires, operan tres Zonas de Normalización de las FARC. Allí, según una fuente de la Fiscalía citada por La Silla Vacía: «Hay una alianza entre gente que era de la Columna Jacobo Arenas y el Frente 6. (ambos eran del Cauca) con la gente de alias Gentil Duarte y Calarcá, de las disidencias del sur del país. Este grupo está extorsionando y cobrando vacunas de cultivos ilícitos en Morales, La Salvajina, Suárez y Piendamó».
Los otros grupos disidentes serían los comandados por los alias Pija y Simón, este último exintegrante también del Frente Sexto y quien fue asesinado el 3 de junio del presente año en Suárez (Cauca).
La Agencia de Prensa Análisis Urbano ya ha hecho en varias ocasiones un llamado a que se le preste la atención que requiere el tema de las disidencias de las FARC. También hemos manifestado que una de las causas principales de la deserción en la extinta guerrilla, es el incumplimiento del Gobierno de lo pactado en La Habana.
La falta de proyectos agropecuarios y la demora en las amnistías, hacen que los comandantes pierdan el mando sobre la base y que se generen incertidumbres en la tropa concentrada. La confianza en el proceso del guerrillero raso es la garantía de la no repetición y del éxito del posconflicto, de esto depende que Mordisco, Rodrigo Cadete y Gentil Duarte no se conviertan en los próximos Gavilán, Pablito u Otoniel.
Fuentes:
http://www.lafm.com.co/orden-publico/radiografia-las-disidencias-las-farc./