Las medidas de EEUU en Yemen son pasos para la paz pero no suficientes

FECHA:

El Cairo, 13 feb – Las recientes medidas de la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, sobre el Yemen podrían considerarse un primer paso para ganar la confianza de los rebeldes hutíes y tener un espacio de mediación para a un acuerdo que ponga fin a la guerra, aunque no son suficientes, según varios analistas consultados por Efe.

«Si EE.UU. quiere convertirse en un sincero mediador, necesitará ser más activo e ir más allá de quitar a los hutíes de la lista de terroristas. Es un inicio y condición necesaria para mediar, pero no es suficiente», indica a Efe Antonino Occhiuto, investigador para el Golfo en la consultora Gulf State Analytics, con sede en Washington.

El viernes el Gobierno de Biden confirmó la retirada de los rebeldes hutíes del Yemen de su lista de grupos terroristas, que se hará efectiva el próximo martes, una decisión tomada como «reconocimiento de la nefasta situación humanitaria» en ese país.

Antes de dejar la Casa Blanca, el predeceosr de Biden, Donald Trump, tomó como una de sus últimas decisiones incluir a los hutíes en la lista de organizaciones terroristas, algo que las ONG vieron como un gran obstáculo para entregar ayuda en las zonas controladas por este grupo en medio de un conflicto considerado como la mayor catástrofe humanitaria del planeta por Naciones Unidas.

«EL DIABLO ESTÁ EN LOS DETALLES»

Además de revertir esta decisión, la Administración Biden anunció una semana antes que detenía el apoyo a las operaciones militares de la coalición árabe contra los hutíes, liderada por Riad.

Esto implica que EE.UU. suspende la venta de armas par ser utilizadas en el conflicto yemení así como la asistencia logística, aunque continuará con su ayuda a Arabia Saudí en su territorio y en defensa de ataques externos, mayormente reivindicados por los hutíes.

«El diablo está en los detalles. Los saudíes están esperando que EE.UU. detenga la venta de armas pero también que limite o finalice el apoyo logístico. (…) Sin embargo, Arabia Saudí es capaz de seguir con sus operaciones, aunque más limitadas, sin el apoyo de EE.UU. en el terreno», asevera Occhiuto.

Baraa Shiban, antiguo asesor en la embajada yemení en Londres, apunta a Efe que estas medidas, sobre todo la de eliminar a los hutíes de la lista de organizaciones terroristas, eran una de las primeras cosas que debía hacer EE.UU. si quiere «jugar alguna carta», en este conflicto, iniciado hace más de cinco años.

«No tenían absolutamente nada en la parte de los hutíes y un plan de paz no puede ser implementado unilateralmente», señala.

Pese a la retirada de la lista, los líderes de los hutíes, Abdelmalek al Huti, Abdeljaleq Badredín al Huti y Abdalá Yehia al Hakim, seguirán sancionados por EE.UU. «por actos que amenazan la paz, la seguridad y la estabilidad del Yemen».

Los hutíes han tomado con recelo estos pasos de EE.UU. y la única manera de abrirse a ellos sería con un «levantamiento del bloqueo» definitivo de las zonas que controlan y el cese las operaciones militares, que han dejado decenas de miles de muertos en el país, sobre todo desde que intervino la coalición árabe en 2015.

UN PLAN INTEGRAL PARA EL FIN DE LA GUERRA

«El Yemen necesita un plan integral para abordar las raíces del problema y un repliegue militar de fuerzas que no son capaces de un transición política y pacífica, que es lo que el Yemen necesita», subraya Shiban.

Asimismo, señala que necesita el «apoyo de la comunidad internacional», pero con un «compromiso para no dejarlo a medias», lo cual podría ser «explotado por grupos armados» y llevaría al país a un camino sin salida, según el asesor.

La contienda en el Yemen comenzó en 2014 cuando los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, ocuparon la capital Saná y otras provincias del país, obligando al Gobierno yemení reconocido internacionalmente a desplazar su Ejecutivo a la ciudad costera de Aden.

«Biden no tiene la habilidad de acabar con el conflicto porque sí tienen influencia en Arabia Saudí, pero casi ninguna en los hutíes. Tienen la habilidad de hacer que Arabia Saudi detenga las operaciones, pero no para detener la guerra civil, que es por lo que empezó el conflicto», recuerda Shiban.

Biden ha nombrado incluso a un enviado de EE.UU. para el Yemen con el objetivo de acabar con esta guerra y el enviado de la ONU para el Yemen, Martin Griffiths, visitó hace unos días Irán, principal aliado de los hutíes, para discutir un alto el fuego nacional.

No obstante, Shiban teme que este anuncio de Washington «sin entender el proceso de paz» puede ser algo parecido al acuerdo de Estocolmo, de 2018, en el que se buscaba un alto el fuego, entre otros puntos, aunque «nada ha sido implementado en el terreno».

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