Kabul, 13 may – Las operaciones de búsqueda continúan tras cuatro días de inundaciones repentinas en el norte de Afganistán que enterraron pueblos enteros bajo el lodo, matando a por lo menos 342 personas en una sola región, mientras los sobrevivientes busca refugio.
Las catastróficas inundaciones que se desataron el pasado viernes destruyeron parcial o completamente varios poblados de la provincia de Baghlan, en el norte de Afganistán, especialmente viviendas rurales o construidas en laderas de montañas.
Este lunes, en el distrito de Burka, en Baghlan «las personas pidieron ayuda a las fuerzas militares para encontrar a sus familiares bajo el lodo de la inundación”, dijo a EFE Mustafa Hashimi Baghlan, director provincial de Información y Cultura, sin precisar el número de desaparecidos.
Ahora se avecina la cuarta noche desde la catástrofe y la gente lucha por encontrar refugio, ropa, mantas, tiendas de campaña, alimentos y otra asistencia humanitaria necesaria para sobrevivir.
“Hoy hemos visto llegar la asistencia con tiendas a la zona, en las últimas tres noches hemos permanecido bajo el cielo sin ninguna carpa, ni cobertura de suelo, excepto las personas invitadas por sus familiares o vecinos del pueblo”, relató a EFE Haitaullah, de 35 años, residente de la aldea de Flol, uno de los poblados enterrados por el lodo.
“Para ser honesto, (…) ahora mismo no tenemos agua para beber”, añadió Haitaullah.
Ghulam Shah, de 45 años, perdió a 12 de los 15 miembros de su familia en las inundaciones. Encontró a diez seres queridos sin vida después de 24 horas de inundaciones y a otros dos ayer en la aldea de Flol.
“El lodo gris se lo ha llevado todo, excepto a mi hijo y mi hija que están en el hospital, perdí a toda la familia, incluyendo padre, madre, esposa, hermanas (…)”, asegura.
De acuerdo con cómo Shah recuerda la tragedia, ese viernes estaba en un bazar local vendiendo verduras cuando recibió la llamada de su esposa sobre las inundaciones.
«Les dije que fueran al piso superior, que es un poco fuerte. la llamada se cortó mientras hablaba, cogí mi motocicleta y me dirigí hacia el pueblo. Al llegar la gente se me acercó y me dijeron que ya no quedaba nada, salvémonos a nosotros mismos”, recuerda.
Con una capa de entre uno y tres metros de barro Shah ya no sabe dónde está su casa, «todos los pueblos están bajo el barro», lamenta.
El número de muertos varía según los medios de comunicación: el Ministerio de Gestión de Desastres de los talibanes anunció 162 fallecidos en el último comunicado, mientras que el Ministerio de Refugiados declaró 315 solo en Baghlan, 20 en Takhar y ocho Badakhshan.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) cifró por su parte en 180 el número de muertos confirmados y 242 heridos a causa de las inundaciones en su último boletín.
«No me queda nada para sobrevivir, los cinco miembros de mi familia (hijo e hijas) están heridos y hospitalizados en la provincia de Kunduz, pero no nos queda nada para al menos comer», declaró a EFE Khal Mohammad, de 58 años, también de Burka.
Aunque «los talibanes hicieron lo mejor que pudieron, llegaron a tiempo para el rescate, pero las cosas estaban fuera de su alcance», asegura.
Según un comunicado de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado el 12 de mayo, “hay un número importante de personas desaparecidas y el número de muertos puede aumentar significativamente en los próximos días”.
Afganistán es uno de los 10 países más vulnerables al cambio climático con condiciones climáticas extremas, inundaciones, sequías y tormentas de arena y polvo. A ello se suma la devastación de este país destruido durante décadas de conflicto armado y ahora bajo el control de los talibanes.
EFE