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Es como si la desdicha se hubiera ensañado con ellos: en julio de 1995, una incursión paramilitar les costó la vida a los hermanos Luis Edilberto y Néver Fray Hoyos Guerra y a dos de sus trabajadores. Un mes más tarde, las 296 hectáreas de su hacienda Nueva Australia pasaron a manos paramilitares. Siete años después, don Zoilo Bautista Hoyos —el patriarca del clan— murió por problemas en un corazón en zozobra desde que sus manos dejaron de acariciar la única tierra que reconocía como suya. Y en enero de 2012, los primos Fray Luis, Yadira y Olga Hoyos, hijos de las víctimas del 95, murieron electrocutados: su pecado fue subir a la azotea a colgar ropa. La avaricia Castaño en Las Tulapas http://tinyurl.com/lhrpky3 vía @elespectador