Bruselas, 31 de mayo de 2022.- Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) exigieron este martes a Rusia que levante el bloqueo de los puertos ucranianos en el mar Negro y permita las exportaciones de alimentos desde la antigua república soviética, en un contexto marcado por el temor a una crisis alimentaria global.
«El Consejo Europeo pide a Rusia terminar sus ataques contra infraestructura de transporte en Ucrania, levantar el bloqueo de los puertos ucranianos del mar Negro y permitir las exportaciones de alimentos, en particular desde Odesa», declaran los mandatarios en las conclusiones adoptadas en la segunda jornada de la cumbre celebrada hoy en Bruselas.
Los líderes «condenan enérgicamente la destrucción y apropiación ilegal por parte de Rusia de la producción agrícola en Ucrania» y añaden que la «guerra rusa de agresión contra Ucrania» está teniendo «un impacto directo en la seguridad alimentaria mundial y la asequibilidad».
Ucrania era antes de la guerra uno de los principales exportadores mundiales de cereales y sus mercancías eran fundamentales para la seguridad alimentaria de áreas como Oriente Medio y el norte de África.
La mayor parte de las mercancías alimentarias ucranianas se trasladaban desde la antigua república soviética al resto del mundo a través de los puertos del mar Negro, pero Rusia los ha bloqueado.
Ante ese escenario, la UE explora posibilidades para extraer el cereal ucraniano por rutas alternativas, como carreteras y ferrocarriles.
«La Unión Europea está tomando medidas activas para facilitar las exportaciones agrícolas de Ucrania y para apoyar al sector agrícola de Ucrania en vista de la temporada de 2022», afirman los jefes de Estado y Gobierno.
La Comisión Europea ha presentado una propuesta sobre vías solidarias para acelerar la exportación de los productos agrícolas ucranianos y facilitar la salida de 20 millones de toneladas de cereal hacia el club comunitario y el resto del mundo.
Los mandatarios invitan a los Estados miembros a «acelerar» el trabajo sobre esas vías solidarias, así como a «facilitar las exportaciones de alimentos desde Ucrania mediante diferentes rutas terrestres y puertos de la UE».
Los líderes también piden «una coordinación internacional eficaz para garantizar una respuesta global exhaustiva en materia de seguridad alimentaria» y dan la bienvenida a la iniciativa francesa Misión de Resiliencia Alimentaria y Agrícola («FARM»), que busca garantizar la seguridad alimentaria de los países más vulnerables donde el conflicto puede crear tensiones por penurias y altos precios.
También dicen respaldar iniciativas sobre seguridad alimentaria en el marco de la ONU o el G7 y reiteran «su compromiso de mantener el comercio global de productos alimenticios libre de barreras comerciales injustificadas, mejorar la solidaridad hacia los países más vulnerables e incrementar la producción local sostenible de alimentos para reducir las dependencias estructurales».
Igualmente, invitan a la Comisión a explorar la posibilidad de movilizar reservas del Fondo Europeo de Desarrollo para apoyar a «los países socios más afectados» por la crisis alimentaria.
Asimismo, resaltan la importancia de la Política Agrícola Común (PAC) en lo referente a la contribución de la UE a la seguridad alimentaria.
Durante el debate de seguridad alimentaria de los líderes intervino el presidente de turno de la Unión Africana, Macky Sall, quien destacó que la crisis alimentaria afecta «particularmente» a los países africanos por su «fuerte dependencia» del trigo ucraniano y ruso.
Expuso que, según la FAO, ya antes de la guerra 282 millones de personas, «más de un tercio de los individuos desnutridos del mundo», vivían en África. Agregó que se añaden 46 millones de africanos en riesgo de pasar hambre o sufrir desnutrición por el coronavirus.
«La situación es preocupante y lo peor está quizá ante nosotros si se mantiene la tendencia actual», advirtió, y dijo que los países africanos también están preocupados por las consecuencias para los pagos derivadas de las sanciones occidentales que excluyen a algunos bancos rusos del sistema SWIFT.
EFE