Líderes sociales en la contienda electoral

FECHA:

Se aproximan las elecciones regionales y con ellas llegan una variedad de candidatas y candidatos que participaran para distintos cargos de elección popular en Antioquia —concejos, Asamblea, alcaldías y Gobernación—, entre ellos encontramos líderes y lideresas sociales.

En Análisis Urbano, considerando en el momento histórico que vive el país con la estigmatización, la persecución, la judicialización y los asesinatos de líderes sociales y defensores de derechos humanos, tomamos la decisión de entrevistarlos y lo hacemos por dos razones: (i) conocer de primera mano por qué han tomado la decisión de participar en política, y (ii) porque tenemos claro que la mayoría no cuenta con los recursos suficientes para tener vallas, publicidad o pauta, y creemos que merecen ser visibilizados por el trabajo que desarrollan.

Nuestra Agencia de Prensa ya ha contactado a varios de ellos, todos son de partidos y movimientos diferentes, pero tienen algo en común, son líderes y lideresas sociales que quieren ayudar a trasformar lo local y departamental.

Hablamos con Elkin Guzmán, líder social que es candidato al Concejo de Medellín por el partido Verde. Esto fue lo que nos dijo.

Análisis Urbano: ¿Quién es usted? ¿A qué aspira en Medellín?

Elkin Guzmán: Soy un enamorado de Medellín, hijo de campesinos del nordeste de Antioquia y con compromiso social y comunitario en la ciudad. Con experiencia y vocación con los derechos humanos y la naturaleza.

AU: Descríbanos su recorrido en el sector público.

EG: Llevo once años en el sector público, estuve trabajando en la Secretaría de Participación del municipio de Medellín cuatro años en Presupuesto Participativo con las comunidades. Posteriormente estuve en la Secretaría de Salud trabajando en los Comités Comunitarios de Participación en Salud.

Luego estuve como asesor de un concejal en la ciudad, por tres años también trabajando todo el tema comunitario y con líderes comunitarios, también en la gestión comunitaria y social, y posteriormente, hasta octubre del año pasado, hice parte de la Secretaría de Inclusión coordinando la Unidad de Familia del municipio de Medellín.

AU: Desde su liderazgo social y comunitario, ¿por qué quiere llegar al Concejo de Medellín?

EG: Lo que me he dado cuenta en lo público y en el tiempo en que he estado en lo comunitario y lo social como líder —estuve 15 años como voluntario en Amnistía Internacional, en la defensa de los derechos humanos— es que si nosotros no rompemos con esa clase de políticos que siempre hacen promesas en los barrios, en las comunas y a los ciudadanos para nunca más aparecer, y si no estamos en los espacios donde se toman las decisiones de la ciudad como es el Concejo, en el cual se toman las decisiones de los proyectos, de los programas, se define el presupuesto cada año, se le hace el control al alcalde y a los ciudadanos, si no estamos allá los que nos duele la ciudad, los que nos duele lo comunitario y lo social y el tema de familia, vamos a seguir igual.

Vamos a seguir desde los corrillos y desde los grupos de amigos quejándonos del país y quejándonos de la ciudad pero no incidiendo ni tomando las decisiones que hay que tomar para transformar la ciudad como queremos y soñamos.

AU: ¿Qué cosas de Medellín a usted lo motivan y lo inspiran?

EG: Me inspira mucho la gente. El empuje paisa que no es solamente un discurso, son también los hechos. Es una ciudad que le apuesta al futuro y al progreso, aunque lógicamente creo que debemos avanzar en el modelo de ciudad, en un modelo que nos incluya en la prosperidad y en lo humano, y en el cual podamos desarrollar todo lo ambiental para una ciudad sostenible.

Me inspira mucho la calidez, la creatividad y la inteligencia que tenemos en Antioquia y en Medellín para superar los problemas como los hemos superado todos estos años.

AU: Usted tuvo una experiencia en el Concejo como asesor de un concejal. ¿Qué de esta experiencia puede traer para un nuevo periodo en el Concejo?

EG: Hay algo muy bonito y triste. En San Cristóbal, a 25 familias que no habían pagado sus cuotas por la casa que les había ubicado el municipio, les iban a quitar la casa. Hicimos una gestión desde el Concejo para que eso no pasara y al fin logramos hacerlo para que 32 familias no fueran revictimizadas. Se logró que pudieran seguir con su casa y no se las remataran.

En segundo lugar, lo triste desde el Concejo y desde lo particular es que para mí el patrimonio público y las empresas del Estado son fundamentales porque son las que le aportan al presupuesto y la inversión de la ciudad. Para mí fue una pelea muy dura con otros sectores comunitarios y sociales para que justamente UNE en este caso no fuera vendida.

Sin embargo gran parte de las acciones fueron vendidas y eso implica que el municipio deje de recibir un presupuesto anual que recibía más o menos de 158.000 millones de pesos anuales y lógicamente eso significa un dinero menos que llega para la inversión social, aparte porque es una empresa muy rentable. Por eso mi propuesta desde el Concejo es seguir defendiendo una empresa nuestra muy querida que maneja dos recursos estratégicos como es el agua y la energía, que es EPM, seguirla fortaleciendo desde adentro y seguirla queriendo porque es la que nosda el 25 % del presupuesto anual.

AU: Estas elecciones son también para la Alcaldía y la Gobernación. ¿Cómo espera que se mueva esa dinámica entre Gobernación-Alcaldía-Concejo?

EG: Lo que uno ve desde lo público es que está muy desarticulada. Los que ganan no quieren juntarse con otros que ganaron y se asumen como entes territoriales distintos, y creo que debemos unir cada vez más en pro de Antioquia, en pro de Medellín y en pro de la prosperidad y el desarrollo humano y económico.

Siempre estaré abogando, con mi forma de ser que es característica también, para conciliar esos intereses en pro de la ciudad, en pro de la gente y también en este caso en pro del departamento.

AU: Desde su liderazgo y candidatura, ¿qué espera lograr en el Concejo?

EG: Desde el Concejo pienso hacer un control social —que es una de las funciones del concejal— muy efectiva y muy conciliadora buscando que los proyectos y los programas del plan de desarrollo correspondan a un modelo de ciudad incluyente de desarrollo humano, y con un enfoque que tenemos que avanzar cada día más propuesto por las Naciones Unidas como es el enfoque de seguridad humana, que va más de la acción al delincuente y que es más preventiva, de dignidad y de defensa del bienestar de las comunidades, específicamente de la dignidad y los derechos básicos de las familias y las comunidades.

También cómo asegurar más participación política y cómo lograr paz urbana con dignidad y con derechos básicos. También desde el Concejo quiero trabajar el tema de la familia: cómo le damos vida al Acuerdo Municipal 54 del 2011 del Concejo de Medellín para que las familias sean un entorno protector y un entorno de seguridad para cada uno de sus integrantes, pero también que la familia sea el grupo humano primario en el que haya prosperidad económica a través del empleo y la educación superior.

En ese tema me voy a enfocar mucho, adicional al del agua, que es vital para la producción y el desarrollo de cualquier sociedad. En Medellín y Antioquia tenemos fuentes de agua pero hay que protegerla más como recurso estratégico y vital, y dentro de eso a EPM que maneja la energía y el agua.

AU: ¿Qué opina de los problemas de seguridad de la ciudad?

EG: Los problemas de seguridad son históricos, que siguen ahí justamente porque seguimos siendo una de las ciudades más desiguales en Colombia, y Colombia es uno de los países más desiguales del mundo. En ese sentido no podemos tener paz en los barrios y en la ciudad si en las familias no hay paz.

Hay violencia, pero también esa violencia que se ha incrementado porque no hay qué comer, porque no hay empleo ni hay oportunidades ni posibilidad de diálogo. Y gran parte del problema que tenemos desde hace 200 años en el país es que justamente el diálogo no ha primado en las relaciones ni familiares ni sociales. Cuando no hay diálogo es imposible que haya convivencia y que haya paz. Si logramos que haya unos derechos básicos en las familias de amor, de comprensión pero también de qué comer en las neveras, y si hay diálogo, tendremos una ciudad distinta.

Por eso hablamos de una seguridad desde el enfoque humano y no solamente desde el enfoque policial, cuando ya el problema no tiene remedio. Se trata de la prevención, por eso hablamos de la inversión social como prevención para no tener que castigar.

AU: ¿Cómo puede la ciudad mejorar sus niveles de contaminación y de calidad del aire?

EG: Tenemos que mirar en dos aspectos: uno es la industria, lo privado. En la industria es seguir hablando, dialogando sobre cómo hacemos para que desde la institucionalidad y la municipalidad se generen condiciones para cumplir la ley y mitigar los temas de contaminación.

A nivel de nuestros hogares: el champú que utilizamos, el jabón que utilizamos, las lociones, la ropa que lavamos, cómo estamos contaminando. Esto implica una labor en toda la ciudad para descontaminar y eso tiene que ver con la movilidad. Yo privilegio la movilidad humana. Cómo hacemos para tener más uso de bicicleta, de patines, del monopatín y del caminar. Que sea una ciudad accesible y segura para el peatón.

Lo otro es que en Medellín pasamos hace cinco años de tener un déficit de árboles de un millón, y vamos en 700.000. Tenemos que hacer una campaña fuerte desde el Concejo para que cada ciudadano —que somos 2.600.000 habitantes— sembremos por lo menos un árbol en la ciudad. Es fácil y es posible.

AU: ¿Qué opina de la administración de Federico Gutiérrez?

EG: La administración tiene unos aciertos, unos desaciertos y unos vacíos. En cuanto a los aciertos creo que la contratación a nivel ambiental, la compra de los buses eléctricos, al igual la manera como se ha venido repoblando el centro, la Oriental y los parques, y todo el avance a nivel de ornato y del metro.

En los desaciertos está todo el manejo del tema de la calidad del aire. Creo que ha faltado comprometer más al sector industrial frente a las afectaciones del sistema respiratorio de los enfermos y quienes mueren por la contaminación de la ciudad. Creo que se ha dejado presionar por el sector industrial, pero hay sacrificios que hay que hacer por la gente.

Creo que hay un vacío en el tema de la seguridad, que era una de sus banderas, creo que es un total fracaso porque cuando uno como ciudadano sale a la ciudad y no se siente tranquilo hay un fallo. Hay una política errónea que se lleva gran parte del presupuesto pero que no da el resultado que se esperaría.

Lo otro es un asunto poco visto políticamente en la administración, y es que la inversión social de la municipalidad disminuyó significativamente. Disminuyó en calidad y en cobertura, y en otros casos disminuyó también en presupuesto.

AU: ¿Qué cambiaría de Medellín?

EG: Medellín es una ciudad muy próspera y bonita, con muchas cualidades en sus ciudadanos, pero tenemos la dificultad histórica de la violencia. Hemos tenido el narcotráfico, el paramilitarismo, las guerrillas y la muerte de sindicalistas en la ciudad.

Pero también es una sociedad en la que el mundo familiar ha sido muy impregnado por el autoritarismo, y no podemos tener una sociedad distinta si desde la casa el modo de relacionamiento ha sido la autoridad a ultranza, contrario a la convivencia que es lo que nos demarcaría una familia que vive la democracia.

Entonces, desde ese punto de vista, yo cambiaría ese entramado psíquico y ese legado cultural que se ha gestado de una ciudad violenta, que si bien ha cambiado en los últimos años, sigue existiendo dentro de esa salud mental en las familias ese grado de violencia. Por eso también la violencia intrafamiliar es uno de los factores fundamentales en la ciudad.

Cambiaría ese modo de concebir el relacionamiento desde la violencia, porque eso niega, excluye y hace invisible al otro. Por eso necesitamos familias más convivientes, más solidarias, más respetuosas, más cuidadora de todos los integrantes de quienes viven e integran la familia. Necesitamos familias más democráticas, y cambiaría esas familias autoritarias, que es lo que al final se refleja en la sociedad.

AU: ¿Qué les puede prometer a sus votantes?

EG: Yo les prometo y tengo cómo mostrar que he hecho un trabajo honesto pero responsable para la ciudad, poniendo todo mi conocimiento y mi esmero y responsabilidad al servicio de la comunidad, no solamente como profesional sino también en mi comuna, Belén, donde he hecho un trabajo comunitario.

Creo que desde ahí, no solo desde la promesa, sino desde lo que he hecho, se puede mirar mi hoja de vida y mi actuar. Desde ahí hay una seguridad, creemos que la política más allá de la promesa es una realidad. Concebimos la política como vínculo, y el vínculo como cercanía. Por eso estamos haciendo la política con amigos, con gente que nos conoce y que nos puede referenciar.

Los líderes comunitarios siempre son utilizados por esos políticos que llegan a aprovecharse de las circunstancias electorales cada cuatro años. Yo lo he vivido y quiero decirle a la ciudad que soy un candidato que he estado en lo social, en lo público y lo comunitario. He vivido la decepción que algunos tienen cuando han apoyado a alguien, y justamente mi trabajo ha sido en lo público y en lo comunitario estar ahí para decir qué se puede hacer, que hay que romper ese círculo de apatía porque creemos que podemos hacer la política distinto y construir una ciudad distinta a la que tenemos actualmente, que es buena, pero la podemos hacer mucho mejor desde un espíritu más de lo humano, del progreso y el desarrollo y la prosperidad social, económica y ambiental.

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