El Cairo, 8 mar – La Liga Árabe manifestó este sábado su condena de los ataques contra las fuerzas de seguridad de las nuevas autoridades de Damasco, así como de «los asesinatos incontrolados» que están teniendo lugar desde hace tres días en las provincias de la costa mediterránea de Siria.
El organismo panárabe expresó en un comunicado su «condena de los actos de violencia dirigidos contra las fuerzas de seguridad gubernamentales y de los asesinatos incontrolados», sin hacer mención a los ataques contra civiles de la minoría alauita perpetrados por las autoridades de Damasco y otros grupos aliados.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, al menos 340 civiles mayoritariamente pertenecientes a la minoría alauita han muerto, muchos de ellos ejecutados a manos de las fuerzas de seguridad, en medio de los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad e insurgentes leales al derrocado presidente Bachar al Asad.
Los choques, que se han saldado ya con más de 540 muertos, estallaron el jueves después de que insurgentes alauitas lanzaran un ataque contra las fuerzas de seguridad en la localidad de Jableh, en la provincia costera de Latakia, lo que desencadenó la mayor ola de violencia en Siria desde la caída de Al Asad el pasado 8 de diciembre.
En su comunicado, la Liga Árabe también condenó «toda injerencia exterior destinada a inflamar la situación interna, amenazar la paz civil y exacerbar los desafíos a los que Siria se enfrenta actualmente», sin aportar más detalles o responsabilizar a ningún grupo del estallido de la violencia.
«Estas situaciones exigen centrarse en políticas y medidas que promuevan y fortalezcan la estabilidad y la paz civil, a fin de perder la oportunidad de derrotar cualquier maquinación que pretenda desestabilizar Siria y socavar sus posibilidades de recuperación», sentenció el comunicado del organismo panárabe.
La minoría alauita, una rama del islam chií, es a la que pertenece la familia Al Asad y alrededor del 10 % de la población de Siria. Esta comunidad, cuyo núcleo se encuentra en Latakia y Tartús -los principales feudos del derrocado presidente- dominó instituciones como el Ejército durante el régimen del mandatario.
Las nuevas fuerzas sirias están mayoritariamente compuestas por combatientes de la ahora disuelta alianza islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), la agrupación suni que lideró la ofensiva contra Al Asad y cuyas raíces proceden del Frente Al Nusra, la exfilial de Al Qaeda en Siria.
EFE