Londoño y Mancuso pidieron perdón a víctimas de pueblos indígenas

FECHA:

El exguerrillero Rodrigo Londoño y el exparamilitar Salvatore Mancuso, pidieron perdón a las comunidades indígenas que durante el conflicto, han sido víctimas de los actos violentos cometidos por las Farc y las AUC. El diálogo se dio durante el ‘Encuentro por la Verdad’ denominado ‘Pueblos Indígenas en Situación y Riesgo de Exterminio Físico y Cultural: Su Dignidad, Resistencia y Aportes a la Paz’.

Rodrigo Londoño

Por la masacre de ocho líderes indígenas en Murindó, ocurrida en 1986, y otras violencias a las que la antigua guerrilla de las Farc sometió a pueblos étnicos durante el conflicto, hubo un acto de reconocimiento del ahora partido político. En el primer caso, Erika, exintegrante de la otrora organización guerrillera reconoció que fue responsabilidad del Quinto Frente guerrillero y lo calificó como un error fatal. “La historia de Murindó fue horrible, lo peor que nos pudo haber pasado”, dijo y añadió que tal fue el temor que causaron los hombres armados que “nos tocó que los indígenas nos vieran y corrieran de miedo”.

Rodrigo Londoño, ahora líder del partido político Farc, por su parte, pidió perdón por las violaciones sexuales de las que fueron víctimas mujeres indígenas y aceptó que estas conductas cometidas durante el conflicto armado están dentro de los peores errores que tuvo el grupo guerrillero.

“Para mí es duro expresar a ustedes cuan equivocados estábamos cuando hacíamos una lectura única de los territorios donde desarrollábamos nuestro accionar político-militar”, y añadió que además del desarraigo, los desplazamientos, las muertes y los heridos, lo más doloroso y abominable fueron los casos de violencia sexual que perpetraron los hombres que integraban las Farc.

“A nombre de la organización les pido que algún día nos puedan perdonar, por los efectos negativos de una lucha que en sus inicios y su final la creíamos justa, comprometida, pero que desafortunadamente la forma como la desarrollamos, a través de la guerra y sus dinámicas, nos llevó a cometer estos execrables errores”, expresó.

¿Qué ocurrió en Murindó?

Aún en la memoria del pueblo indígena están los recuerdos en los que uno a uno, los antiguos guerrilleros fueron llamando a ocho líderes del Cabildo Indígena Murindó y, frente a los integrantes del pueblo Emberá, los asesinaron a sangre fría. Uno de los sobrevivientes de esta masacre ocurrida en 1986 relató que la consigna de las FARC fue hacer una “limpieza”, pues para asumir el control del territorio necesitaban eliminar a los “sapos”.

Los hombres armados irrumpieron en territorio indígena desestabilizando sus organizaciones e irrespetando a las autoridades. La voz corrió a lo largo de la cuenca del río Chageradó con la noticia de que los subversivos irían de comunidad en comunidad, y muchas familias huyeron hacia municipios como Río Sucio, Vigía del Fuerte, Bojayá e incluso hacia Panamá.

“Las Farc están en Jiguamiandó. Usted está en la lista. A todos los compañeros del cabildo los van a matar”. Esa fue la advertencia que el sobreviviente recibió de los suyos.

Erika señaló que la masacre se debió a una irresponsabilidad de los encargados de “impartir” justicia en el territorio, cuando una familia acusaba a otra y los guerrilleros asumían el papel de justicieros. “¿Cómo no va uno a pedirle perdón al pueblo indígena, a las comunidades de Murindó, por lo ocurrido? Eso es un deber moral que tenemos nosotros”, manifestó y agregó que si existen otros asesinatos en los cuales las Farc estén involucradas, hay que particularizarlos y definir las responsabilidades del caso.

Aceptar las culpas y construir futuro

Durante el encuentro por #LaVerdadIndígena, Rodrigo Londoño reiteró que las víctimas son el centro de los acuerdos que firmaron con el Gobierno, y precisamente los pueblos indígenas fueron de los más afectados.

Manifestó que nunca consultaron las aspiraciones ni la opinión de estos pueblos y mucho menos se preocuparon por entender su cosmovisión. Sobre todo cuando el grupo guerrillero planeaba la expansión de su organización, que no tuvo en cuenta la diversidad étnica que habita la geografía colombiana.

Londoño pidió avanzar en un camino hacia la reconciliación, para reconstruir lo que pasó y así evitar que las nuevas generaciones repitan lo mismo.

Por otro lado, Ubaldo Zúñiga, quien fuera excomandante del Frente 57 de las FARC y conocido como ‘Pablo Atrato’, también reconoció la violencia que causaron al tratar de imponer una ideología y un criterio entre los pueblos indígenas. “Tratando de hacer el bien muchas veces hicimos el mal a las comunidades (…) Aspiramos a que sigan fortaleciendo sus proceso organizativos, su lucha por defender y mantener sus principios”, agregó.

Salvatore Mancuso

Por su parte, el excomandante paramilitar Salvatore Mancuso se refirió al asesinato del líder emberá Kimy Pernía Domicó, ocurrido en el año 2001. El reconocimiento de su responsabilidad se dio ante la hija de Kimy, Martha Cecilia Domicó, a través de un diálogo telefónico facilitado por la Comisión de la Verdad

Luego de que Domicó se presentó como miembro de la comunidad biijdó, el exjefe paramilitar le dijo a la mujer que aprovechaba la oportunidad para pedirles perdón «por estos hechos que los han llenado de luto, de dolor y de sufrimiento con la muerte del líder indígena, el señor Kimy Pernía Domicó».

De acuerdo con el exparamilitar, desde el grupo al margen de la ley nunca debieron tomar acciones en la guerra. «Les explicaré cómo fue mi vinculación al conflicto armado. Yo me equivoqué, pido perdón por ello, por mis acciones en el conflicto que nos ha afectado de tantas maneras».

Domicó le expresó a Mancuso: «Soy la hija de Kimy Pernía. Sí, escucho tus palabras, tu voz, ahora sí nos estamos comunicando. Qué bonito saber que nos estamos comunicando en este momento porque en 2007 estuve apenas en la audiencia y no pude hablar con usted directamente. Escuché su mensaje y pues yo aquí estoy esperando la respuesta».

La joven indígena le hizo varias preguntas sobre la muerte de su padre. «¡Cuántos años no hace desde el 2001! Yo quisiera que dijera la verdad de qué hicieron con mi papá o qué fue lo que pasó. ¿Quiénes fueron las personas responsables? Porque estuve hace un año en la conmemoración de mi papá y fue un dolor tan profundo para mí porque yo decía: yo no sé dónde está mi papá. ¿Qué hicieron con él? Me regalaron unos ramos de flores con ese dolor que tuvieron porque yo les dije: no sé ni a dónde llevar estas flores. Todo mi pueblo está ahora en este momento huérfano», expresó.

El exjefe paramilitar agradeció a Domicó y resaltó que le duele lo que sucedido con los pueblos del alto Sinú y de toda Colombia. «Yo he querido desde un principio conversar con ustedes, pero desafortunadamente la Fiscalía General de la Nación en Justicia y Paz en un principio no nos permitía tener comunicación y encuentros directos de perdón y reconciliación y esclarecimiento de la verdad con las víctimas y con ustedes».

Mancuso le dijo a la mujer: «Del proceso de Justicia y Paz voy a contarle unas cosas: lo del líder Kimy Pernía Domicó fue un crimen de Estado. Yo como miembro de facto recibí una llamada del Estado, de las Fuerzas Militares, recibí una orden del comandante Carlos Castaño en este sentido de asesinar, nuestras órdenes eran de dar de baja, eso significa asesinar al líder Kimy Pernía Domicó».

Las razones que según Mancuso recibió no fueron más que «excusas porque ustedes entenderán, ustedes recordarán que a ustedes el Estado los censaba, les impedía ingresar alimentos a la zona, porque les decía de manera libre, lo que ustedes quería llevar no podían llevarlo, porque decían que ustedes allá alimentaban a los grupos subversivos que estaban en la zona. Y cuando construyen Urrá fue una decisión sin consulta que los afectaba a ustedes directamente como comunidad. Y que esto iba a provocar una ruptura de los elementos y tradiciones de su cultura, de su cosmovisión, de su subsistencia material, entre otros. Empezaron acciones sistemáticas desde el Estado colombiano, guiadas a debilitarlos a ustedes y terminar cualquier intento de reivindicar o materializar sus derechos», aseguró.

Mancuso dijo que «es por eso que empezó entonces una pugna tan grande y empezaron a censarlos, no les permiten que ingresen alimentos libremente. Ustedes lo vivieron, veían que el Ejército y nosotros como autodefensas hacíamos retenes; tirábamos en el río las canoas que subían, la cantidad de alimentación que subían de sus comunidades que señalaban como colaboradores en algunos casos y en otros como miembros directos de la guerrilla que estaban en la zona».

El exjefe paramilitar aseguró que está dispuesto a generar espacios de perdón y reconciliación con los pueblos indígenas. «No solo sería importante que lo hagan con nosotros sino también con los otros actores del conflicto y del Gobierno, porque estoy absolutamente seguro que si lo hacemos de esta manera entre todos los que pudimos participar en el conflicto, podamos encontrar la manera de que no se vuelvan a repetir estos hechos con ustedes».

Tomado de Radio Nacional

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