Aviñón (Francia), 20 de noviembre de 2024.- El alegato de los abogados de Gisèle Pelicot, víctima de violación durante diez años, situó la falta de consentimiento como la clave para responsabilizar a los 50 acusados que abusaron sexualmente de ella.
En un emotivo discurso, especialmente por parte de Stéphane Babonneau, uno de los dos abogados de la víctima, se relataron los daños morales y físicos para la vida de esta mujer de 71 años, que tras pensar en suicidarse decidió luchar «para que la vergüenza cambie de bando».
«Hay que descartar sin ambages el derecho al error que manifiestan algunos» acusados, dijo Babonneau, en referencia a que durante el proceso celebrado en el Tribunal de lo Criminal de Aviñón (sureste de Francia) alegaron excusas como «desconocimiento» de cometer una violación o «sometimiento» ante Dominique Pelicot, el exmarido de Gisèle, que urdió las violaciones entre 2011 y 2020.
«El hombre que viola nunca es una víctima», recalcó Babonneau. De igual modo, afirmó que «no es posible un error sobre el consentimiento sin ni siquiera dirigirle la palabra», ya que Gisèle Pelicot estuvo en estado de inconsciencia en las violaciones que sufrió, por las altas cantidades de somníferos que le administraba su exmarido a escondidas.
Babonneau aprovechó su discurso para pedir también que la sociedad progrese: «Debe cambiar la idea, anclada en la mente de algunos hombres, de que el cuerpo de la mujer es un objeto de conquista».
Mientras duró el relato de ese letrado, que aseveró también que «este caso quedará en la historia como el juicio de Aviñón», Gisèle se secaba las lágrimas, fruto de la emoción.
Antes, por la mañana, habló su otro abogado, Antoine Camus, quien pidió que el propio mundo judicial deje atrás el machismo, en alusión a algunas estrategias de las defensas que se basaron en culpabilizar a Gisèle Pelicot de lo que sufrió, cuestionando que hiciera nudismo en la playa o que tomara vino por las noches.
«La defensa es libre, pero dice mucho de lo que somos», cuestionó Camus, quien en su turno incidió igualmente en que no hay un perfil único de violador y que los traumas infantiles que sufrieron buena parte de los acusados no les exime de responsabilidad. «Tomaron la decisión» de violar, dijo.
Gisèle Pelicot pensaba que iba a morir
Hasta que en septiembere de 2020 Dominique Pelicot no fue detenido, tras grabar debajo de las faldas de varias clientas de un supermercado, Gisèle Pelicot estaba convencida de que tenía un problema de salud, como un tumor en el cerebro o un problema neurológico, debido a sus múltiples pérdidas de memoria.
Incluso los hijos de la expareja percibieron que a su madre le ocurría algo. A lo largo de los años perdió peso y se olvidaba frecuentemente de lo que hacía.
También llegaba a dormir hasta 18 horas seguidas. De hecho, hasta los propios nietos, de corta edad, se sorprendieron un día que no la pudieron ver en su casa, situada en la pequeña población francesa de Mazan, porque estuvo todo el rato en la cama, como contaron a sus padres.
Todo ello era fruto de las sistemáticas violaciones que sufrió en casi una década – unas doscientas, según la propia víctima -, que le han acarreado problemas de salud sexual, con riesgo de padecer cáncer de útero.
Los abogados de Gisèle, conscientes de que este macrojuicio ha despertado un interés mediático mundial, pidieron un cambio legislativo en Francia.
«No toleréis las relaciones sexuales sin consentimiento», pidió Babonneau al conjunto de la sociedad.
Tras los alegatos, el presidente del tribunal, Roger Arata, decidió suspender la sesión, que se retomará el próximo lunes, con las peticiones de penas de la Fiscalía, que se alargarán hasta el miércoles.
Luego será el turno de las defensas de los 51 acusados, una lista que incluye a Dominique Pelicot y a 49 hombres por abusar sexualmente de Gisèle Pelicot y a otro más por haber replicado los métodos con su mujer, con la que aún está casado. La sentencia está prevista para el 20 de diciembre.
EFE