Jerusalén, 20 de octubre de 2022.- Los actos violentos de colonos se han disparado en los últimos meses, llegando a atacar no solo a palestinos o activistas israelíes, sino también a las propias tropas del Ejército de Israel que los protegen en Cisjordania ocupada, como ocurrió esta madrugada en la ciudad palestina de Huwara.
«Cuatro soldados, incluido el oficial al mando del 202º Batallón de Paracaidistas, fueron golpeados con gas pimienta por los colonos en dos lugares separados durante los combates nocturnos», informó un portavoz militar.
El Ejército israelí había desplegado tropas en un acceso a Huwara, en la convulsa área de Nablus -al norte de Cisjordania-, para dispersar a decenas de colonos que estaban allá lanzando piedras a los vehículos palestinos, agregó el portavoz.
«Los soldados fueron atacados violentamente, incluso con gas pimienta lanzado por varios colonos hacia las tropas. Como resultado, el comandante de la unidad resultó herido junto con otro soldado”, apunta el comunicado del Ejército.
CRIMINALES FRENTE A TERRORISTAS
El Ejército calificó de “criminales” a los colonos involucrados en la violencia y pidió que sean juzgados, aunque evitó el lenguaje más duro con el que se refieren a palestinos que les lanzan piedras como forma de protesta contra la ocupación, a los que califican de «terroristas».
El jefe del Estado Mayor, Aviv Kohavi, afirmó en una declaración posterior que el ataque era «vergonzoso» e «inaceptable», y llamó a una respuesta de la Justicia «rápida y estricta».
“Los alborotadores judíos que atacaron violentamente a nuestros soldados en Huwara anoche son criminales peligrosos que deben ser denunciados y castigados sin vacilación y con toda severidad”, afirmó el primer ministro en funciones, Yair Lapid, quien incidió en que las tropas están en la zona para proteger al «pueblo de Israel».
El presidente del Consejo Yesha – que aglutina todos los asentamientos judíos en Cisjordania ocupada -, Shlomo Naim, señaló que esos alborotadores «son un puñado no representativo cuyas acciones despreciables socavan toda la esencia» del movimiento colono, y exigió que sean investigados y juzgados.
Sin embargo, las cifras sí muestran un aumento significativo de la violencia colona, con 527 ataques -421 contra propiedades y 106 contra personas- documentados por la Agencia de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA) hasta el 10 de octubre, frente al total de 496 del año pasado. Además, 6 palestinos han muerto en lo que va de año en incidentes que implicaron a colonos.
TENSIÓN EN HUWARA
En las últimas semanas se ha visto un aumento de los incidentes violentos de colonos en torno a Huwara -ubicada entre varios asentamientos- y también de ataques en toda la región de Nablus cometidos en gran medida por una nueva milicia palestina, los Lions’ Den, a los que se les atribuyen una veintena de ataques en dos semanas, incluido uno en el asentamiento de Shavei Shomon en el que murió un soldado la semana pasada.
Hace una semana, un grupo de colonos también arrasó Huwara, atacando tiendas y residentes con piedras y barras de hierro, dejando más de 40 palestinos heridos.
En paralelo al suceso de esta madrugada en Huwara, otro grupo de colonos enmascarados atacó anoche en el sur de Cisjordania a activistas palestinos e israelíes que colaboraban con campesinos en la cosecha anual de aceitunas, lo que suele generar fricciones y ataques similares cada año.
El ataque con piedras dejó al menos tres heridos entre los activistas israelíes, en la aldea de Kisan al sur de Belén. Según la agencia oficial palestina Wafa, una voluntaria israelí se fracturó una pierna y llegó a ser apuñalada por la espalda por los colonos.
“Este ataque es la culminación de dos semanas en las que ‘falanges’ de colonos cometen ataques contra palestinos en presencia del Ejército”, denunció Peace Now, una ONG estadounidense que opera en Palestina.
Los colonos se defendieron argumentando que decenas de manifestantes palestinos se acercaron «provocando» al asentamiento de Ma’ale Amos, cerca de Kisan.
También anoche un palestino fue abatido tras disparar a un guardia de seguridad del asentamiento de Maale Adumim, en Jerusalén este ocupado.
El atacante resultó ser Udai Tamimi, de 21 años, que llevaba fugitivo desde el 8 de octubre tras matar a una soldado en el puesto militar de acceso al campo de refugiados de Shuafat, también en el este de la urbe.
EFE
