Washington, 10 mar-La cifra mensual de migrantes detenidos en la frontera de Estados Unidos se disparó un 28 % en febrero pasado, el primer mes del Gobierno del presidente, Joe Biden, que mantiene la divisoria con México «cerrada» mientras brega por elaborar una política migratoria más «justa y humana».
«Seguimos viendo un incremento en el número de migrantes que llegan a la frontera», dijo hoy el director interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), Troy Miller. «La frontera no está abierta, y continuamos montando un proceso ordenado para el procesamiento de los migrantes».
En febrero las autoridades detuvieron a 100.441 migrantes que habían cruzado ilegalmente la frontera o consideraron inadmisibles para entrar al país, lo cual representa casi triplicar la cifra registrada en febrero de 2020 (36.687).
Troy atribuyó el número creciente de migrantes a «la inestabilidad económica en América Central, la pandemia, un huracán, la violencia persistente y el desempleo».
«Si se ponen todos estos asuntos juntos uno entiende que la gente busque una vida mejor», añadió.
Una funcionaria de CBP añadió que «los procesos de migración y asilo quedaron frenados abruptamente por cuatro años», durante la presidencia de Donald Trump, y eso contribuye a la presión migratoria que ahora ocurre.
A pesar de los 100.441 inmigrantes que llegaron a la frontera, poco más del 3 % fue autorizado a quedarse en EE.UU. mientras que 96.974 fueron expulsados, especialmente por la aplicación del Título 42, normativa establecida por la Casa Blanca en marzo de 2020 que le permite al CBP expulsar extranjeros que buscan asilo en la frontera con la pandemia de covid-19 como argumento.
El Gobierno Biden todavía mantiene en pie esta medida a pesar de las críticas de activistas y grupos que defienden los derechos de los inmigrantes al considerar que el Título 42 sella de manera efectiva la frontera con la excusa de la pandemia, aunque a la administración demócrata le da tiempo para ir desarrollando su nuevo plan migratorio.
En este sentido, Roberta Jacobson, la coordinadora de frontera entre México y Estados Unidos del Gobierno Biden, anunció este miércoles que han restaurado un programa, suspendido por Trump, bajo el cual los menores de edad en Honduras, Guatemala y El Salvador podrán reunirse con sus padres, siempre y cuando estos residan legalmente en el país.
El propósito del programa de Menores Centroamericanos (CAM, por su sigla en inglés) es evitar la peligrosa travesía que realizan muchos menores de edad desde sus países de origen para encontrarse con sus familias en Estados Unidos.
La situación en la frontera preocupa en la Casa Blanca, que reitera siempre que tiene ocasión que la frontera sureste está «cerrada».
La portavoz presidencial Jen Psaki dijo que Biden recibió este martes información directa de miembros de su Gobierno que visitaron la región fronteriza este pasado fin de semana, cuando, según medios nacionales, cerca de 3.250 menores no acompañados permanecían bajo custodia federal a la espera de poder entregarlos a sus familias.
Troy dijo que su agencia hace esfuerzos por transferir a los menores detenidos lo más pronto posible a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, una dependencia del Departamento de Salud la cual, a su vez, tiene dificultades para encontrar albergue para estos niños.
Según las cifras oficiales, en febrero se detuvo o se consideró inadmisible para entrar al país a 71.598 individuos, 19.246 personas que viajaban en familia -un aumento del 164 % en relación con enero- y 9.457 menores no acompañados de su padre o tutor legal.
Las detenciones de migrantes indocumentados han estado aumentando mes a mes desde mayo de 2020, y al aproximarse el fin del invierno (hemisferio norte) muestran una tendencia similar a lo ocurrido en 2019 cuando llegaron a cifras sin precedentes.
Troy dijo que el Gobierno «está cerrando gradualmente» la situación creada por el Protocolo de Protección de Migrantes, o MPP, un programa creado por Trump bajo el cual cerca de 70.000 de personas llegadas a la frontera solicitando asilo fueron devueltas a México a la espera del trámite de sus pedidos.
Biden, quien asimismo ha propuesto un programa para la legalización de unos 11 millones de inmigrantes indocumentados que ya están en el país, encara ahora la expectativa de quienes acampan en México con sus papeles de MPP, y una nueva ola de emigrantes.
Esta situación ha dado pie para que Trump haya asegurado en los últimos días que la frontera con México es un desastre.
«Nuestro país está siendo destruido en la frontera sur, algo terrible de ver», dijo Trump en un comunicado en el que indicó que esta situación con él en el poder no se vivía, aunque la de este febrero es la cifra más alta desde junio de 2019 (con 104.311 inmigrantes interceptados), cuando el republicano estaba en el poder y que registró cifras históricamente altas.