Washington, 11 de junio.- La valla metálica construida este mes alrededor de la Casa Blanca desapareció este jueves en su mayor parte, pero muchos de los carteles reivindicativos que adornaron ese «muro» se convertirán en piezas de museo, y serán preservados para posibles exposiciones sobre las protestas contra el racismo.
Al filo de la medianoche del miércoles, el Servicio Secreto abrió dos paneles de la valla y declaró «abierta» la plaza Lafayette que rodea la Casa Blanca, y la mañana del jueves, los agentes terminaron de retirar la gran mayoría de la cerca metálica que se había convertido en un símbolo vergonzoso para muchos manifestantes.
La valla se erigió hace más de una semana, después de que las fuerzas de seguridad expulsaran con gases lacrimógenos a los manifestantes de la plaza para que el presidente de EE.UU., Donald Trump, pudiera desplazarse a pie desde la Casa Blanca hasta una iglesia cercana y hacerse una foto con una Biblia en la mano.
Muchos manifestantes lamentaron la decisión de ampliar tanto el perímetro vetado alrededor de la Casa Blanca y la falta de acceso al parque Lafayette, pero pronto convirtieron esa valla de más de dos metros en un lienzo en el que, sobre todo a partir de este fin de semana, fueron colgando sus pancartas y arte contra el racismo.
La institución artística Smithsonian, que cuenta con nueve museos en la capital, tomó nota de ese mural improvisado y este jueves anunció que tres de sus galerías han formado «una coalición para documentar, coleccionar y preservar las expresiones de protesta y esperanza de la plaza Lafayette en Washington».
«Es crucial que coleccionemos (parte de esto) para que este momento no se pierda», dijo un comisario del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericanas (NMAAHC, en inglés), Aaron Bryant, al diario The New York Times.
Bryant y otros ocho comisarios visitaron este miércoles los alrededores de la Casa Blanca para identificar los objetos que querían preservar, apuntar los nombres de artistas y fotógrafos y hablar con varios de los manifestantes que aún rondaban por la zona a pesar de que las protestas han disminuido en los últimos días.
«Hablamos con la gente para no olvidar sus historias. La historia está ocurriendo delante de nuestros ojos», afirmó Bryant.
Cuando llegaron los comisarios, la mayoría de los carteles ya no estaban en la valla metálica de la plaza Lafayette: debido a los rumores de que la verja caería pronto, un grupo de voluntarios los trasladó para preservarlos a la cuadra de al lado del parque, pegándolos en un muro que forma parte de una zona de obras.
Los museos implicados en el proyecto son el NMAAHC, el Museo Nacional de Historia Estadounidense y el Museo Comunitario de Anacostia, un barrio predominantemente afroamericano del sur de Washington.
«Por ahora, el Smithsonian no puede confirmar qué objetos formarán parte de su colección oficial», explicó la institución en un comunicado.
El objetivo del proyecto, agregó, es «reconocer que el trágico asesinato de George Floyd ha espoleado un momento transformador en la historia de EE.UU.» y garantizar que «el mundo, en el presente y el futuro, puede entender el papel que la raza ha desempeñado en los complicados 400 años de historia» desde el inicio de la esclavitud.
Los museos también han pedido a quienes participaron en las manifestaciones que conserven aquellos objetos que puedan interesar al museo, y que les envíen fotografías para ver si pueden encajar en el proyecto de los comisarios.
EFE