Las autoridades llamaron este miércoles a la calma ante la propagación del coronavirus, que ha causado hasta ahora la muerte de 19 de los 139 contagiados en Irán, de donde cada vez es más difícil salir debido a las restricciones impuestas por los países vecinos.
El presidente iraní, Hasan Rohaní, aseguró que se han realizado «buenos esfuerzos en el país en prevención, diagnóstico, cuarentena y tratamiento» y que los últimos informes del Ministerio de Salud son «prometedores».
Sin embargo, las cifras no apoyan este discurso. El portavoz de Salud, Kianush Yahanpur, informó de que se han confirmado desde ayer 44 nuevos contagios y que otras cuatro personas han fallecido de COVID-19.
LA MITAD DEL PAÍS AFECTADO
Los nuevos contagios se reparten por catorce provincias de las 31 de Irán, lo que demuestra la expansión gradual de la enfermedad por todo el país desde su origen en la región de Qom, al sur de Teherán.
Qom sigue siendo la provincia en la que más casos se han registrado, siendo en esta jornada 15 de los 44 nuevos contagios, seguida por Teherán y Guilán (norte).
Algunas de las otras once provincias en las que se registraron casos de contagio en las últimas horas son Juzestán (suroeste), Kemanshah (noroeste), Sistan y Baluschistán (sureste) y Fars (sur), según el portavoz de Salud.
El balance oficial es, no obstante, puesto en duda por muchos ciudadanos después de que el diputado de Qom dijera hace dos días que en su ciudad había al menos 50 fallecidos, y de que el propio viceministro de Salud, Iraj Harirchi, informara ayer de que está contagiado.
NO PRESTAR ATENCIÓN A LOS RUMORES
«Los ciudadanos no deben prestar atención a los rumores», aseveró el presidente en su discurso durante la sesión del Ejecutivo, defendiendo la fiabilidad de los datos oficiales.
Rohaní hizo hincapié en que no se van a poner ciudades o barrios en cuarentena y en que los dispositivos para diagnosticar el coronavirus en breve se producirán en masa a nivel local.
Además, acusó a Estados Unidos de usar el coronavirus como «un arma» para propagar el miedo en Irán y parar la actividad económica del país.
Así respondió a las declaraciones del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, quien acusó a Irán de ocultar «la verdad» sobre la gravedad de la propagación de la enfermedad.
Por las dudas, Sara, una profesora de 35 años, prefiere salir lo indispensable de casa. Según explicó a Efe, solo ha pisado la calle para comprar provisiones.
«Prefiero estar preparada y tomo muchas precauciones para no enfermar. Tengo además previsto un viaje a Europa en dos semanas, aunque no sé si para esa fecha continuarán las restricciones (para salir de Irán), se lamentó.
SALIR DEL PAÍS, UNA ODISEA
Países vecinos como Turquía, Irak, Pakistán y Armenia han cerrado sus fronteras terrestres y la mayoría de las aerolíneas, entre ellas Turkish Airlines y Emirates, han suspendido sus vuelos o impuesto restricciones a los viajeros procedentes de Irán.
Estas limitaciones están implicando una pesadilla para aquellos iraníes que necesitan viajar fuera del país y para los extranjeros que estaban de visita y casi se han quedado atrapados.
Ese fue el caso de cuatro españoles que decidieron adelantar su regreso ante la creciente gravedad de la situación. Tras pasar todo el día en el aeropuerto internacional Imán Jomeiní, lograron un vuelo para llegar hoy a Europa.
«Primero compramos un vuelo con escala a Dubái pero fue cancelado tras decidir Emiratos suspender los vuelos con Irán. Miramos otros destinos pero todos los aviones iban llenos. Al final conseguimos plaza para ir a Milán, aunque no era el mejor lugar», narró a Efe aludiendo a la propagación del coronavirus en Italia uno de los españoles, que prefirió no ser identificado.
Pese a los momentos de estrés vividos y al hecho de haber estado unas 24 horas sin quitarse la mascarilla de la boca, estos turistas, dos madrileños y dos sevillanos, han tenido suerte ya que su vuelo a Milán fue, según les dijeron en la aerolínea Iran Air, el último por decisión de las autoridades italianas.
EFE.