Recientemente, Univisión Noticias publicó un artículo sobre el pagadiario en la capital antioqueña titulado Los pagadiarios enorme problema para Medellín. En este se mostraba cómo este sistema de préstamo criminal termina siendo una peligrosa opción para los más necesitados que no tienen otra elección, ya que el sistema financiero no les presta dinero y si lo hace, exige unos requisitos que muchas veces no pueden ser cumplidos por quienes requieren los préstamos.
El sistema de préstamos pagadiario sólo necesita cumplir dos requisitos que parecen elementales: pagar cumplidamente tanto los intereses como el préstamo; y dar la cara para recibir el dinero que es entregado al 20, 30 y hasta el 40 por ciento de intereses sobre el total de lo prestado.
Lo claro es que el pagadiario, o gota a gota, manejado en su mayoría por el crimen urbano que representa La Oficina, las AGC y más de 500 bandas en el Medellín metropolitano, es, en últimas, consecuencia directa de la postura de los banqueros colombianos los cuales a pesar de obtener anualmente más de siete billones de pesos en utilidades no consideran al pobre como sujeto de préstamo, y esto solo refleja la desigualdad y el modelo económico neoliberal que dirige a Colombia pese a que se hable de paz.
Desde hace varios años Corpades y Análisis Urbano vienen denunciando que el pagadiario salió de los estratos altos, el comercio, el narcotráfico y el contrabando para masificarse. Hoy pulula en cada rincón de la ciudad metropolitana, el resto de Antioquia, en la mayor parte de la geografía colombiana e incluso se propagó hasta Chile, Perú, Panamá, Argentina, Costa Rica y España, entre otros, siendo controlado por La Oficina.
En el artículo de Univisión, Luis Fernando Quijano, presidente de Corpades y director de Análisis Urbano, señalaba las consecuencias de no pagar el préstamo adquirido: “si no pudo pagar, le duplican la deuda y si sigue sin pagar, en el mejor de los casos, llega un momento en el que le toca entregar la casa, entregar la hija o volverse el caletero [tener que guardar en su hogar] de 10 kilos de cocaína, de tres fusiles y cuatro pistolas”.
Lo denunciado durante años no ha dado ningún resultado, solo ahora parece que la institucionalidad, en cabeza del alcalde Federico Gutiérrez, ha querido ponerle contrapeso al pagadiario a través de la estrategia denominada Bancuadra, pero para que eso funcione deberá perseguir a quienes desde el crimen urbano dirigen tan jugoso negocio, golpear decididamente a las estructuras que con tal de ganar dinero en grandes cantidades han construido esta forma de esclavitud moderna: el pagadiario.
Teniendo en cuenta lo anterior, y como una forma de aportar a la lucha contra el pagadiario, decidimos mostrar quiénes serían dos de los más importantes jefes de este negocio en el centro de Medellín, conocido también como La Candelaria o Comuna 10.
Probablemente sean más los jefes de este negocio criminal pero creemos que si a estos sujetos se les desmantela la fuente de ingresos y se les captura, puede ser un golpe contundente para el pagadiario. No significa que se acabará el negocio criminal pero serviría como el inicio de la construcción de una estrategia real de seguridad para atacarlo.
Toños y alias Villa, jefes del pagadiario
En el centro nadie puede prestar dinero, solo dos personas tienen la potestad de hacerlo y esto hace que sean tan importantes. Por ello, al ser golpeados por la institucionalidad, se afectaría gravemente la máquina de hacer dinero que constantemente nutre al crimen urbano, el pagadiario.
De acuerdo con la información recibida por Análisis Urbano, esas personas son los alias Toños y Villanueva, dos “personajes” que aparentemente controlan el negocio criminal en el centro de la ciudad, aunque siempre habrá alguien -o algo- por encima que maneje los hilos de un negocio criminal proporciona tal cantidad de dinero.
Toños y alias Villanueva, este último conocido también como Villa, tendrían el aval de los llamados hijos de la oficina del Valle de Aburrá conocida también como la línea Douglas. Entre los que han avalado a los dos sujetos mencionados, estaría Saya, criminal recluido en la cárcel El Pedregal e involucrado en el asesinato de dos policías en el Jardín Botánico de Medellín.
Villanueva o Villa es uno de los más importantes enlaces con los centros penitenciarios del país y es uno de los encargados de mandar dinero a los jefes o subjefes que hoy purgan condenas, sería algo así como un financiero. Pertenece a una de las alas de La Oficina -línea Douglas- y tiene el negocio del pagadiario ubicado en la zona del Raudal. Cuenta con cámara de Comercio y fue el encargado de entregar a alias La Guama a las autoridades. La Guama manejaba el pagadiario en el sector Capilla de La Aurora pero alias Villa lo entregó para quedarse con el negocio y para que la institucionalidad mostrara los resultados que necesitaba en la operatividad.
También tienen nómina paralela en buena parte del Centro y la paga a través de alias Comando, quien es su enlace con uniformados corruptos dentro de la policía: patrulleros, oficiales y personal del grado ejecutivo. Comando parece ser un ex oficial de grado Capitán de esta institución y sería quien paga semanalmente para obtener la protección oficial que requieren Villa y Toño. Análisis Urbano incluso recibió información de que Villa y Comando estarían liquidando diariamente dinero en la estación de servicios de la 33, la que se encuentra subiendo para las Palmas.
Villa, además, también estaría recogiendo la plata de varios de los grupos organizados del Centro y lo haría en los sectores de Téjelo, Scarlatti, Raudal, Cundinamarca, La Paz y el sector del edificio Aguinaga de EPM.
Por otro lado, alias Toño no pertenece ni a la Oficina ni a las AGC. Tiene una oficina “legal” detrás de Palace cerca al Centro Comercial El Cid pero él está radicado en México, lo cual puede significar que estamos ante un jefe del crimen transnacional con fachada legal. Este sujeto incluso está “formalizado”: cuenta con Rut y, al igual que Villa, con Cámara de Comercio. Una de sus características principales es que sus cobradores y gatilleros son personas jóvenes salidas de las cárceles del país, alias Toño podría ser alias Don Juan considerado uno de los jefes importantes del pagadiario.
El pagadiario que Villa y Toño manejan paga a cada uno de sus cobradores 300.000 pesos semanales y un aporte diario de 12.000 pesos para que efectúen los cobros. Estos dos jefes del pagadiario tienen cada uno no menos de 20 trabajadores, cada uno manejando de 140 a 170 millones de pesos, serían exconvictos y desmovilizados, llevan hojas con numeración que representan lo prestado, diario liquidan lo producido y salen con un plante de 8 millones para otorgar nuevos préstamos.
Uno de sus trabajadores más reconocidos sería alias Malta, encargado de la carrera 70 hasta la glorieta de la América, bajando por el Velódromo y luego llegando al Obelisco y El Diamante, pasa por La Iguaná y luego va hasta la oficina donde se coordinan los préstamos ilegales el centro. El horario de ingreso a la oficina es a las 10 de la mañana y la a salida a “trabajar” es a partir de las 11, después de liquidar y recibir el plante del día; regresan a las 8 de la noche.
Rutas del pagadiario
Toño
– Baja a Palacé para salir a Prado Centro, de este punto sale al sector los Puentes por el lado de las calles donde están los almacenes que venden los artículos para motociclistas, luego sigue a Téjelo.
– Sale de Palacé hasta llegar a Junín para adentrarse a los pasajes. Regresa a Palacé por el sector donde está ubicado el Opera donde se vende celulares, luego sube por el edificio Coltejer, pasa por la Clínica Soma y termina en el Parque El Periodista.
– Sale de La Aurora, luego baja por la Minorista llegando al sector Quincalla, sigue hasta Cisneros y posteriormente llega a la Glorieta de La Alpujarra, pasa a los aserríos de madera y sube a la estación del metro hasta llegar al sector El Hueco.
Villa
Las Chatarrerías, los depósitos o bodegas donde se almacenan los envases vacíos (utilizados muchas veces para volver a llenarse con alcohol adulterado), cerrajerías ubicadas en Cundinamarca, luego baja por Calibío y pasa por la glorieta de la Minorista.
-La otra ruta cubre toda la calle Colombia pero no llega hasta el SENA.
Otras cosas se saben de los jefes y las rutas del pagadiario, por ahora presentamos esta radiografía que señala las fallas en la estrategia de seguridad. Ningún plan de intervención funcionará mientras se crea que el crimen urbano son islas y no estructuras perfectamente organizadas y coordinadas.
La estrategia de seguridad de Medellín debe dar un giro de 180 grados, de no hacerlo, solo estaremos abocados al fracaso consecutivo y al despilfarro de los dineros públicos.
Espere la segunda parte de este informe: Las rutas del contrabando en la comuna 10 de la ciudad de Medellín
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