Bangkok, 19 mar – La junta militar birmana detuvo a Kyi Toe, un destacado portavoz del partido Liga Nacional para la Democracia (LND) y quien informó durante las primeras semanas del golpe de Estado sobre la situación de la depuesta líder, Aung San Suu Kyi.
El arresto sucedió en la noche del jueves, indicó en las redes sociales Phyo Zeya Thaw, compañera del portavoz en la formación liderada por Suu Kyi.
Desde la sublevación militar del 1 de febrero al menos dos miembros de la LND han muerto mientras se encontraban bajo custodia de las fuerzas de seguridad y con la sospecha de que al menos uno de ellos fue torturado antes de morir.
Los militares han intensificado en los últimos días su ofensiva contra Suu Kyi y miembros de la LND en libertad.
La líder derrocada, quien se encuentra desde el golpe de Estado bajo arresto domiciliario, fue acusada ayer públicamente y por segunda ocasión de corrupción, delito que se podría sumar a los cuatro cargos formales en su contra presentados ya por un tribunal.
Además, la junta militar recientemente ha acusado de alta traición a tres políticos vinculados con la LND.
Mahn Win Khaingne, nombrado vicepresidente por el autodenominado «gobierno legítimo» -formado en su mayoría por parlamentarios electos de la LND que no pudieron asumir sus cargos por la asonada-; el enviado especial de Birmania a la ONU, Dr Sasa -nombrado por el mismo ente-, y el embajador birmano en Naciones Unidas, Kyaw Moe Tun, en el cargo desde antes del golpe de Estado.
La Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) en Birmania apunta en su última actualización que desde el levantamiento y hasta el jueves al menos 2.258 personas han sido detenidas por los militares, incluidas 320 ya en libertad.
Más de 220 personas han muerto -incluidas 3 al jueves- en el mismo periodo a raíz de la violenta represión de las fuerzas de seguridad contra las masivas y pacíficas protestas a lo largo de todo el país que continúan todavía en rechazo de la autoridad castrense.
Los manifestantes reclaman que los uniformados restauren el sistema democrático, respeten los resultados de las elecciones de noviembre y la libertad para todos los detenidos por la junta militar.
El Ejército, por su parte, justifica el golpe por un supuesto fraude electoral en los citados comicios de noviembre, en los que arrasó el partido de Suu Kyi y que fueron calificados de legítimos por los observadores internacionales.