Nueva York, 14 sep – Un grupo de neoyorquinos -entre ellos el actor Robert De Niro, el director Martin Scorsese y la cantante Patti Smith- luchan por conservar un jardín repleto de estatuas en el corazón de Manhattan que podría ser evacuado pronto para convertirse en un centenar de apartamentos asequibles y así combatir la crisis de la vivienda en la ciudad.
Aunque no han llegado a atarse a los árboles del ‘Elizabeth Street Garden’, han mandado más de 28.000 cartas al alcalde de la ciudad para impedir la medida, aprobada por un tribunal de Nueva York tras años de disputas.
Leones, galgos y caballos de piedra
Este pequeño pulmón de más de 500 metros cuadrados en el barrio de Nolita llama la atención por las estatuas que decoran el jardín: desde los leones que dan la bienvenida, a figuras de esbeltas mujeres repartidas por distintas áreas, pasando por una cabeza de un caballo en el suelo o un galgo escondido en un rincón.
Son los restos de una antigua galería que durante años usó este terreno como parte de su colección.
Al parque acuden a diario, acompañados de un libro o de su almuerzo, decenas de personas, y en ocasiones se celebran recitales de poesía, ciclos de cine y hasta pases de modelos de la Fashion Week.
¿Ya van a demoler el jardín?
«¿Ya van a demoler el jardín?», pregunta en su entrada un hombre a uno de los voluntarios que trabaja en el jardín.
Por el momento, no, según explica a EFE Joseph Reaver, director de la organización sin fines de lucro que mantiene vivo el jardín, pero en cuanto se les notifique oficialmente -algo que a partir de esta semana podría ocurrir en cualquier momento- tendrán 14 días para desalojar el espacio.
«Todavía no hemos recibido ninguna notificación. Por lo tanto, por ahora, el jardín se libra de ser clausurado», apunta Reaver que anota que los voluntarios siguen «buscando todas las opciones disponibles para salvarlo».
La crisis de la vivienda en la Gran Manzana
Una de las alternativas que proponen es encontrar otras opciones de viviendas asequibles en otros emplazamientos en el distrito, algo que Reaver propuso al alcalde Eric Adams en agosto.
Adams contestó: «No sólo es posible que tengamos que construir en ese lugar, sino que es posible que también tengamos que construir en los lugares alternativos (propuestos). No sé si ustedes entienden lo que está pasando ahora mismo. No hay viviendas, amigos».
El alcalde se comprometió a visitar el jardín -aún no lo ha hecho-, pero insistió en la crisis de los sintecho.
Según la coalición para las personas sin hogar, en julio de 2024, había más de 350.000 personas sin techo en la ciudad.
En junio, un tribunal de apelaciones de Nueva York despejó el camino para un desarrollo de 123 apartamentos para personas de bajos ingresos mayores de 62 años y sus familias, revocando un fallo de un tribunal inferior que había detenido el proyecto después de que los oponentes presentaran una demanda.
Derek Dimir, que lleva tres años trabajando de voluntario y describe el jardín como «su sala de estar», defiende que en un día pasan por el terreno casi más personas que la cantidad de unidades que están tratando de construir. De acuerdo con la organización, el parque recibe 200.000 visitas al año.
Por su parte, Lisa Ames, también vecina y amante del jardín, anota otra razón por la que no quiere que destruyan el jardín: rebajaría el valor de su casa.
La zona donde se encuentra el jardín es una de las más caras de la ciudad, donde un alquiler por un apartamento con dos habitaciones ronda entre los 5.000 y los 7.000 dólares y los pocos pisos que están a la venta superan con creces el millón de dólares.
Sarah Yáñez-Richards
EFE