“Los pasajes subirán cerca de un 30 % para encontrar punto de equilibrio”

FECHA:

El transporte intermunicipal de pasajeros ha perdido durante la pandemia más de $5.000 millones diarios. Ahora, en un marco de reactivación económica y con protocolos que no le permiten tener ocupación en los buses mayor al 50 %, hay una etapa en la que se podrá viajar por las carreteras, pero con pasajes más costosos.

En entrevista con El Espectador, Hernando Tatis, director ejecutivo de la Cámara Sectorial de Transporte de Pasajeros de la Asociación de Empresarios de Colombia (ANDI), explica cómo funcionará el sector durante el aislamiento selectivo en materia de tarifas de pasajes, ocupación de vehículos, protocolos de bioseguridad y generación de empleo.

Con los protocolos de bioseguridad que establecen una ocupación máxima del 50 % en los buses de transporte intermunicipal, ¿habrá una variación en las tarifas de los pasajes?

Partiendo del hecho de que tiene que haber un distanciamiento de al menos un metro entre los pasajeros del bus, estamos hablando de una nueva realidad en la operación. Cada empresa tendrá costos adicionales asociados con señalización y demás insumos para garantizar la bioseguridad en los trayectos. En condiciones normales alcanzamos un punto de equilibrio con una ocupación de al menos el 70 %, pero dadas las condiciones para tener una capacidad máxima del 50 %, el aumento en los pasajes para que haya algo de rentabilidad será del 30 %. Cada compañía está en la obligación de hacer públicas sus tarifas cinco días antes del viaje, para que los usuarios opten por tomar sus servicios o acceder a otra alternativa.

Con el alza de las tarifas, ¿es viable que el sector se recupere pronto de las pérdidas?

Es bastante complicado. El sector de transporte terrestre ha tenido pérdidas de $5.000 millones diarios desde el inicio de la cuarentena y en nuestro mejor mes de operación, que fue julio, apenas alcanzamos a mover el 10 % del total de los buses. Para los demás meses estuvimos quietos en un 99 % si nos referimos a trayectos largos. Nuestra Cámara tiene bajo su responsabilidad más de 540 empresas y decenas de ellas entraron en liquidación, porque no aguantaron el impacto económico.

¿Entonces los alivios crediticios del Gobierno no fueron eficaces?

Las ayudas no tuvieron alcance en todas las empresas. Desde la Cámara de Transportes Terrestres logramos una línea de crédito otorgada por el Gobierno y Bancóldex, por más de $95.000 millones, que fue extensiva al transporte de carga. Su acceso fue muy difícil, porque a pesar de que el Gobierno garantizó el 90 % de la capacidad de pago por medio del Fondo Nacional de Garantías, la banca de primer piso (el prestador) exigía una capacidad del 100 %. Esto llevó a que la condición de liquidez fuera muy compleja, especialmente en empresas de Caldas, según nuestros registros. Además, del total del crédito, nuestro sector tan solo obtuvo $36.000 millones.

Bajo estas condiciones, ¿los trabajadores de las empresas transportistas no podían tener alivios de forma individual?

Si bien las líneas de crédito fueron difíciles de obtener, hay que agradecer que dentro de los alivios financieros habilitaron el uso de los ahorros de los trabajadores en el fondo de reposición; el mismo Gobierno también permitió el 85 % de estos recursos. Por estos fondos individuales es que varios de nuestros trabajadores no se asfixiaron y en esta nueva etapa podrán volver a usar los buses que trabajan sin un hueco económico difícil de solventar.

Con la reactivación paulatina del sector, ¿habrá generación de empleo?

Por la capacidad máxima de transporte de pasajeros que se nos exigió por trayecto, hay que tener paciencia para la reasignación de empleos tal como funcionaba antes de la pandemia. En condiciones normales, el sector de transporte terrestre genera más de un millón de empleos directos, pero por estar quietos en el 97 % de los trayectos cortos y el 99 % de los viajes largos, en esa misma proporción se recortaron contratos. Ahora, si los números cuadran con las nuevas medidas sanitarias, esperamos que más de 400.000 personas retomen sus empleos en el transporte de pasajeros a corto plazo. Cuando la emergencia sanitaria siga disminuyendo, nos iremos acercando cada vez más al millón.

¿Cómo se controlará la piratería en el transporte intermunicipal de pasajeros?

Mientras estuvimos parados, el mercado se lo tomó el servicio ilegal de transporte. No se puede tener un policía en cada esquina vigilando esto, que es el flagelo más grande del sector, pero lo que sí podemos hacer es acudir a la voluntad de la gente para que se cuide y viaje más segura. Estos buses piratas no cumplen con protocolos de bioseguridad, no son dubitativos a la hora de llenar todos sus cupos a pesar de las restricciones y, por la necesidad de la gente, no escatiman en cinismo para estafar a los usuarios. Tenemos informes que indican que un transporte de estos puede cobrar $750.000 en un trayecto Bogotá-Medellín, cuando el costo neto de este pasaje no supera los $80.000 en el mercado legal. Para combatir estos problemas de ilegalidad, los alcaldes también deberán entender que el único lugar seguro para tomar los buses es en las terminales o sitios autorizados; si tienen esto en cuenta, el control a vehículos que no hagan esto será más sencillo.

¿Cuáles serán las medidas adoptadas por el sector para evitar las aglomeraciones en las terminales?

Será obligatorio de ahora en adelante mejorar las plataformas digitales para la compra web de pasaje. Si esto pasa y la gente llega a tiempo para tomar su bus, no se presentarán estos problemas. Ya todos los terminales tienen desde antier los protocolos para garantizar los despachos. Entonces no hay excusa para que la logística de estos lugares no pueda garantizar la tranquilidad sanitaria de los usuarios.

Tomado de El Espectador

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