Estambul/Van (Turquía), 26 agosto de 2021.- Una frontera extremadamente vigilada y en gran parte amurallada, repatriaciones y, aparentemente, incluso devoluciones en caliente. Es lo que les espera a la mayoría de refugiados afganos que intentan llegar a Turquía desde Irán.
A diferencia de lo que ocurrió en 2011, cuando se desató la guerra en Siria y los millones de personas que huyeron de allí encontraron abierta la frontera con Turquía, ahora el país euroasiático se está blindando a toda marcha.
Esta vez, el Gobierno turco está decidido a hacer todo lo posible para detener y repeler un nuevo flujo masivo de inmigración, después de haber acogido a 3,7 millones de sirios, además de unos 300.000 afganos y otros miles de iraquíes, uigures y africanos.
El propio presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, lo dejó claro al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en una conversación telefónica el pasado fin de semana.
«Turquía, que ya está acogiendo a 5 millones de refugiados, no puede asumir una carga de migrantes añadida», le dijo Erdogan.
MURO DE 3 METROS DE ALTURA
Tras haberse levantado en las provincias fronterizas de Igdir y Agri un muro que abarca 156 de los 560 kilómetros de la montañosa linde con Irán, ahora se está construyendo una muralla modular, de 3 metros de altura y 2,80 metros de ancho, a lo largo de otros 64 kilómetros en la provincia de Van.
En los 314 kilómetros restantes se instalará provisionalmente una red con alambres y sensores.
Además, la vigilancia de la frontera se ha reforzado con un amplio despliegue de soldados y equipos sofisticados, como drones y torres con cámaras térmicas, radares y sensores para detectar el cruce ilegal de personas.
FLUJO CONSTANTE
Todas estas medidas responden al temor de que centenares de miles de afganos huyan de los talibanes en su país, y elijan a Turquía también como ruta para llegar a Europa.
Sin embargo, varias ONG, como la asociación de derechos humanos IHD, coinciden con las autoridades turcas al indicar que de momento no ha subido el número de llegadas.
Eso sí, la mayor vigilancia de la frontera no ha logrado hasta ahora reducir las entradas irregulares de migrantes de Afganistán, cifrada entre 100 y 200 personas al día, explicó a Efe el presidente de IHD en Van, Mehmet Karatas.
«Más o menos sigue todo como antes. Siguen entrando refugiados afganos pero tampoco hay un aumento llamativo», indicó Karatas.
«Hay más medidas policiales y avanza el muro, pero los migrantes usan escaleras para subirse y pasar. O bien excavan por debajo para cruzar igualmente», añadió.
Tampoco la ONU ha registrado un movimiento a gran escala en las fronteras afganas tras la retirada de la OTAN de Afganistán y la toma del poder por los talibanes.
REPATRIACIONES FORZOSAS
Las autoridades turcas aseguran que han aumentado el control de los inmigrantes que se encuentran en el país de forma irregular, y que han procedido a repatriar a decenas de miles de ellos.
El pasado día 19, Erdogan cifró en 235.000 el total de afganos que «han sido enviados» de vuelta, sin precisar el período en el que han tenido lugar esas repatriaciones.
El gobernador de Estambul, Ali Yerlikaya, señaló en un tuit que en los últimos tres días han sido detenidos y enviados a centros de deportación un total de 1.251 migrantes irregulares, de los cuáles 506 eran afganos.
Dado que suelen entran en el país de forma ilegal, las estimaciones sobre el número de migrantes afganos en Turquía varían. Según Erdogan, habría unos 300.000, mientras que otros cálculos llegan hasta la cifra de un millón.
En todo caso, los afganos componen el segundo colectivo más grande de refugiados en Turquía, después de los sirios.
¿DEVOLUCIONES EN CALIENTE?
Karolína Augustova, socióloga de la universidad de Sabanci que estudia la migración en la frontera turco-iraní, alertó en declaraciones a Efe de que se están produciendo devoluciones en caliente.
«Varios soldados en la frontera me han explicado que Interior les ordena devolver a migrantes en caliente porque no pueden gestionar esa cantidad de personas y ponerlas en centros de deportación», explicó.
«Es un cruce muy peligroso, los migrantes también se ven afectados por las operaciones militares contra la guerrilla kurda PKK. Hemos detectado casos en los que migrantes han recibido disparos por error en operaciones militares contra la guerrilla», añadió.
TRAFICANTES DE PERSONAS
La situación favorece el auge del tráfico ilegal de personas, algo que se refleja en la cantidad de traficantes detenidos: en lo que va de año (hasta el pasado sábado) llega a 4.361, frente a los 4.282 en todo 2020, según fuentes oficiales.
Un traficante que pidió el anonimato explicó a EFE/EPA que a diario gestiona el cruce de unas 400 personas, y que para ello soborna a los militares en el lado iraní.
Los contrabandistas anuncian sus servicios a través de la aplicación de Telegram, en su mayoría a personas de nacionalidad afgana, para ofrecerles llevarlas desde Irán, a través de la provincia de Van, hasta Estambul, y de allí a Europa.
«Le damos dinero a los soldados iraníes para facilitar las cosas en la frontera. Este trabajo es fácil, pero en Turquía las cosas son más difíciles», explica.
«Pagan (los migrantes) entre 350 dólares y 600 por viajar de Irán a Turquía. Y otros 1.000 dólares desde Van a Estambul», detalla.