Imagen tomada de diarioadn.co
Por: Sebastián Díaz (@sebastiandiazlo)
«Fue un momento que me impresionó bastante. Y durante el resto de esa noche no pude sacarme su rostro de mi cabeza. Él estaba trabajando desde hacía siete horas en los buses de, literalmente, toda la ciudad. Vendía un producto que a mi juicio, y para lo que ofrecen los vendedores a diario en estos medios, es innovador. Un tarrito que en su interior tiene pequeños palitos de galleta y una salsa de chocolate. Los repartió en un bus a medio llevar. La gran mayoría de los pasajeros le compró». (Continuar leyendo aquí)