En la historia moderna, la Agencia Central de Inteligencia (CIA[1]) ha sido determinante en la configuración del poder en el continente americano. Conspiraciones, apoyo logístico y financiero a dictaduras en América Latina e infiltración de gobiernos, han sido los casos más frecuentes del accionar de la CIA en este lado del hemisferio.
En enero de este año, una orden judicial obligó a la CIA a poner en línea el total de su base de datos y a permitir el libre acceso. 930 documentos de información en el mundo fueron desclasificados.
Entre ellos se encuentran cables que hacen alusión a Colombia, en especial al Partido Comunista, entendiendo el contexto en el que surge la agencia y su obsesión con la Unión Soviética durante el trámite de la Guerra Fría.
Sin embargo, la inteligencia hecha en Colombia no se centra exclusivamente en los comunistas, seis presidentes también estuvieron bajo la lupa de la CIA: Laureano Gómez, Gustavo Rojas Pinilla, Alfonso López Michelsen, Misael Pastrana Borrero, Julio Cesar Turbay y Belisario Betancur.
De Laureano Gómez se decía que era el líder de una facción violenta e inflexible que respondía a las lógicas de un «Gobierno conservador despiadado». Según los historiadores, nunca se ganó la confianza de los Estados Unidos por su pasado pro-falange española y pro-fascista.
Los cables de la CIA acerca del Gobierno de Rojas Pinilla se presentan en dos momentos totalmente dispares. El primero tiene que ver con el golpe de Estado de 1953, en donde aseguran haber acabado con el poder que tenía un grupo muy pequeño camuflado en «la dictadura de Laureano Gómez». Pero, cuando intentó llegar al poder por la vía electoral a través de la Anapo, la visión de la CIA cambió rotundamente, tratando a Rojas Pinilla como un nacionalista hostil para la democracia liberal.
Sobre López Michelsen aseguraron proyectar un gobierno de centroizquierda que al fin de cuentas no les preocupaba, porque, según la agencia de inteligencia, los latifundistas habían sido los que habían apoyado su campaña. Lo calificaron por ser uno de los pocos dirigentes en tener simpatía entre las clases populares.
La CIA aseguró que en las elecciones de 1970, en las que salió electo Misael Pastrana, no hubo fraude. Consideraron legítima su presidencia, sin embargo lo describiendo como «un tecnócrata sin experiencia» que al mismo tiempo «era una marioneta del establecimiento».
De Turbay dijeron, que aún no había sido aceptado por la élite por tener antepasados libaneses y por su falta de educación formal. En los cables de la CIA también aparecen rumores sobre corrupción en el círculo de Julio Cesar Turbay y sus partidarios.
A Belisario Betancur lo consideraban «más astuto de lo que se mostraba», teniendo en cuenta la doctrina Reagan, la CIA desconfiaba de las negociaciones con la guerrilla al considerarlas una «pseudopaz». Según la agencia, la paz con la insurgencia permitiría el reagrupamiento de estos y el reclutamiento de nuevos integrantes a sus movimientos.
Fuente: http://www.eltiempo.com/politica/gobierno/documentos-de-la-cia-sobre-presidentes-de-colombia-87810.
[1] Por sus siglas en inglés.
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