Cientos de manifestantes han vuelto a salir hoy a las calles de Irak pese al intento de las autoridades de desmantelar ayer campamentos de protesta y a la retirada de apoyo por parte del destacado clérigo chií Muqtada al Sadr, y pese a que doce de ellos han perdido la vida entre este sábado y domingo.
La plaza Al Wazba, en el centro de Bagdad, fue hoy escenario de enfrentamientos entre los participantes en las protestas y las fuerzas de seguridad, que lanzaron bombas de humo y gases lacrimógenos para tratar de dispersarles, lo que provocó síntomas de asfixia a unas 60 personas, indicó a Efe una fuente del ministerio iraquí del Interior.
La fuente, que pidió el anonimato, confirmó que en la emblemática plaza Tahrir de la capital, epicentro de las protestas, no se han registrado choques, al contrario de lo que ocurrió en Al Nasiriya, capital de la provincia de Di Qar (sur), donde los enfrentamientos han provocado 75 heridos.
Las regiones y localidades sureñas de Basora, Maysan y Diwaniya también acogieron actos de protesta este domingo, desafiando la operación lanzada ayer por las autoridades que intentaron por primera vez desmantelar los campamentos erigidos en octubre cuando dieron comienzo la protestas para pedir mejores servicios básicos y el fin de la corrupción.
PÉRDIDA DE APOYO Y REPRESIÓN
El movimiento popular continúa también pese a que Al Sadr, que encabezó la resistencia a la invasión estadounidense de Irak en 2003, decidiese el sábado apartarse de los manifestantes, a los que su partido acusó de tratar de impedir una multitudinaria movilización contra la presencia de EE.UU. en Irak convocada por el clérigo.
La violencia del fin de semana, marcado por estos desarrollos, ha causado hasta el momento 12 fallecidos, la gran mayoría en Bagdad, y 230 heridos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, según datos difundidos hoy por la pública e independiente Comisión de Derechos Humanos Iraquí.
Además, entre el sábado y el domingo se han producido 89 arrestos, por lo que la comisión instó en un comunicado a la «contención» e invitó a las partes a colaborar para proteger «las vidas y las propiedades».
LA CALLE NO ABANDONA
«Los manifestantes acudieron a la plaza, especialmente estudiantes de universidades y escuelas, y personas de varias provincias vinieron para expresar su apoyo a los manifestantes en la plaza Tahrir después del ataque de ayer», dijo a Efe el participante Mayid al Sultani.
Las carpas quemadas por las fuerzas de seguridad durante la operación del sábado han sido reemplazadas por otras nuevas, mientras que los puntos de reparto de alimentos y los hospitales de campaña funcionan con normalidad en Tahrir, aseveró.
Los manifestantes tienen la moral «muy alta» e insisten en que permanecerán en las calles hasta lograr la formación de un Gobierno que satisfaga sus demandas, agregó Al Sultani, quien considera que la retirada de los partidarios de Al Sadr no afectará «significativamente» al número de perticipantes.
Las protestas comenzaron el 1 de octubre en demanda de servicios públicos y oportunidades económicas, exigiendo el final del sistema de gobierno ineficiente y corrupto en el país que exporta 4,5 millones de barriles de petróleo diarios.
También piden el fin de la influencia extranjera tanto de Irán como de Estados Unidos, después del asesinato del general iraní Qasem Soleimaní, el pasado 3 de enero en un ataque estadounidense en territorio iraquí, al que Teherán respondió con el lanzamiento de misiles contra bases militares de Irak con presencia de tropas norteamericanas.
EFE
