Jerusalén, 21 de julio de 2023-. Una marcha a pie desde Tel Aviv, que ha reunido a decenas de miles de manifestantes, está ya a las puertas de Jerusalén, donde mañana, sábado, han convocado protestas masivas contra la reforma judicial del gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que la semana que viene aprobará la primera ley de ese polémico plan en la Knéset (Parlamento israelí).
La marcha partió la noche del martes desde Tel Aviv, después de masivas manifestaciones en todo el país en otro «día de resistencia», y durante cuatro días han caminado tramos cortos para esquivar el calor hasta completar mañana los 70 kilómetros que distan hasta Jerusalén.
Desde entonces, recorriendo la autopista nacional 1 que conecta las dos principales ciudades de Israel, miles de manifestantes se han unido a la marcha, acampando para descansar en parques nacionales y kibutzin, donde la gente se ha volcado con los caminantes, dándoles agua y comida a su paso.
Según los organizadores, esta mañana ya eran 10.000, pero en las últimas horas se han unido hasta 30.000 manifestantes para la etapa de hoy, que salió del kibutz Nashon, donde durmieron anoche, hasta el pueblo de Shoresh, a escasos kilómetros de Jerusalén.
Se espera que mañana se sumen aún más personas al tramo final para participar en la gran manifestación la tarde del sábado, primero frente a la Knéset en Jerusalén, y después frente a la residencia del primer ministro.
El movimiento de protestas se ha referido a esta como la «semana más crucial para Israel», cuando se apruebe la primera ley del paquete legislativo de la reforma judicial, y se esperan manifestaciones masivas en todo el país cada día.
Anoche, nuevas protestas se extendieron rápidamente por todo el país, de manera improvisada, después de que Netanyahu confirmó en un discurso televisado la intención del gobierno de seguir adelante unilateralmente con la reforma judicial, y aseguró que «fortalecerá la democracia», al tiempo que culpó a la oposición de la falta de consenso por haber roto el diálogo.
La Knéset, controlada por los partidos de la coalición de derecha, extrema derecha y ultraortodoxos, celebrará una sesión plenaria extraordinaria el domingo -cuando el pleno no acostumbra a reunirse- para votar en segunda y tercera lectura el proyecto de ley que elimina la doctrina de la razonabilidad.
Tras su previsible aprobación, tras unos debates que podrán alargarse hasta la madrugada del lunes, será la primera ley de la reforma judicial que sale adelante después de siete meses de polémica y división social, que han provocado las mayores protestas de la historia de Israel.
Esa doctrina permitía al Tribunal Supremo revisar y revocar decisiones y nombramientos gubernamentales si estos son razonables o no, por lo que anularla eliminaría el sistema de equilibrio de poderes inherente a una democracia, según los detractores de la reforma.
EFE