La desconfianza de los promotores del Acuerdo Final entre las FARC y el Gobierno colombiano, con el Gobierno de Donald Trump, no ha sido un motivo que han dejado pasar los opositores. Cartas enviadas al Congreso de los Estados Unidos, reuniones ficticias que no pasaron de un “hola”, y denuncias ante la embajada norteamericana, han sido los recursos empleados por el Centro Democrático y el expresidente Andrés Pastrana para atacar los acuerdos con las FARC ante EE. UU. Recursos que al parecer no han tenido eco en las altas esferas del poder norteamericano.
Recordemos que a inicios de mayo el Congreso de EE. UU., en su mayoría republicano, aprobó los USD 450 millones para el Plan Paz en Colombia —74 millones más que el año pasado—; sorpresa que dejó impávidos a los opositores del proceso de Paz.
Pero no ha sido solo esto en lo que le han hecho caso omiso en los Estados Unidos a Uribe y a Pastrana. Durante la edición 47 de la Conferencia de las Américas, en Washington, Marco Rubio ratificó en su discurso el apoyo del Gobierno norteamericano al Proceso de Paz en Colombia. Rubio también habló sobre las contribuciones de EE. UU. con el posconflicto y fue enfático en afirmar que la salida negociada al conflicto ha acercado más a su país con Colombia.
El Senador republicano por la Florida, quien ha sido uno de los contactos de ese partido con la región latinoamericana, respalda la subvención al posconflicto. Es pertinente resaltar que sus declaraciones se dan justo veinte días antes de la reunión entre el presidente Trump y su homólogo en Colombia, Juan Manuel Santos, quien sería el segundo presidente latinoamericano en reunirse con el mandatario —el primero fue Mauricio Macri, presidente de Argentina—.
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