Aunque hacen parte de las principales medidas para evitar el contagio del coronavirus, el uso prolongado de los tapabocas y el lavado frecuente de manos con jabones y alcohol ya han generado alertas, especialmente por efectos adversos en la piel.
El personal de salud de primera línea, quienes atienden directamente a los pacientes covid, representa el mayor porcentaje de afectados.
La pandemia y el correspondiente uso de elementos de protección, en algunos casos durante largas jornadas de trabajo, han dejado consecuencias.
La médica María Carolina López, docente de la Universidad de La Sabana, explica “que la evidencia científica ha mostrado que personas que usan las mascarillas y tienen alguna condición cutánea preexistente son susceptibles de presentar afecciones en su cara”.
Los mayormente afectados, afirma el médico Ricardo Navarro, Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, se reportan entre el personal de salud en la primera línea de atención de la pandemia.
Usan “especialmente las N95; que muchos cirujanos tienen que usarlo por más de seis horas, entonces definitivamente se encuentra no solo dermatitis sino hay hasta escoriaciones de la piel”, asegura.
Una barrera que produce calor
El tapabocas se convierte en una barrera que aumenta la temperatura de la piel de la cara. En algunas ocasiones la fricción afecta también áreas como la nariz.
“Pueden llegar a tener lesiones por presión, dermatitis de contacto, urticaria, prurito e incluso exacerbación de las enfermedades cutáneas que tenían”, agrega López.
Y aunque si bien hay afectaciones en áreas que van desde la cara, las manos y hasta el cuero cabelludo, también la comunidad científica se ha encargado de desmentir mitos y falsas noticias que no han tardado en aparecer alrededor del uso de los protocolos de bioseguridad.
Como lo advierte el médico Luis Jorge Hernández, profesor de la Universidad de los Andes, se ha dicho que si una persona usa continuamente “tapabocas se puede a asfixiar por estar respirando su mismo CO2 y eso no es cierto, muy pocas pueden presentar una reacción alérgica que implica cambiar el tapabocas”.
Más beneficios que perjuicios
El lavado constante de las manos y la exposición a sustancias como el alcohol, también han generado casos de irritación. Sin embargo y a pesar de las complicaciones hay algo en lo que coinciden los expertos consultados, sobre la necesidad de mantener el uso del tapabocas.
“Es la medida más importante de bioseguridad para transmisión de las infecciones. En el caso del tapabocas común es para que la persona no vaya a transmitir enfermedades a los demás”, puntualiza Navarro.
Hidratación y la humectación de la piel, el uso de jabones suaves y no automedicarse, están entre los cuidados para evitar afectaciones graves en la piel ocasionadas por los elementos cuyo uso formará parte de la llamada nueva normalidad.
Tomado de RCN Radio