Berlín, 23 abr – La canciller alemana, Angela Merkel, compareció este viernes ante la comisión parlamentaria de investigación por el escándalo de la empresa de transacciones digitales Wirecard, que quebró el año pasado tras descubrirse un fraude multimillonario.
La canciller llegó a las 10.00 hora local (8.00 GMT) y sin hacer declaraciones previas a la sala donde tenía que testificar, después de que la comisión solicitase su comparecencia para explicar su intermediación en favor de Wirecard en un viaje oficial a China en 2019.
Merkel trató de ayudar a que la tecnológica alemana consiguiese una licencia para operar en China cuando ya se habían publicado noticias que ponían en duda la contabilidad de Wirecard. Desde Cancillería se ha subrayado que en ese momento Merkel no tenía información alguna de una irregularidad.
Los parlamentarios quieren también preguntarle a la canciller por su contacto con la empresa, después de que trascendiese que antes de su viaje Merkel se reunió con el exministro de Economía y Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg, que trabajaba para Wirecard.
Con la declaración de Merkel concluye la fase más mediática de esta comisión de investigación, que puede prolongarse aún durante meses, después de que en esta semana declarasen en sede parlamentaria por este escándalo los ministros de Economía y de Finanzas, Peter Altmaier y Olaf Scholz.
Scholz, que ha puesto en marcha una reforma en profundidad del supervisor financiero BaFin a raíz del escándalo, aseguró este jueves ante la comisión de investigación que el Gobierno alemán no tiene «ninguna responsabilidad» en este caso.
El ministro de Finanzas, que declaró durante nueve horas, calificó asimismo de «cuento absurdo» la acusación de que el Ministerio de Finanzas o el propio BaFin protegieron a Wirecard, que durante unos años fue considerada ejemplo de las empresas digitales alemanas.
Wirecard quebró el pasado junio tras reconocer un agujero en sus cuentas de 1.900 millones de euros, el mayor fraude de una empresa en el DAX 30 alemán.
A esto hay que sumar las pérdidas que su bancarrota generó para muchos pequeños inversores, estimadas en unos 22.000 millones de euros.
La Fiscalía de Múnich considera que la empresa falseaba sus cuentas desde 2015 y que estaba diseñada para la manipulación sistemática de datos y balances.
El pasado julio la fiscalía dictó el ingreso en prisión preventiva de tres exdirectivos de Wirecard, incluido su ex consejero delegado Markus Braun. El número dos de la empresa y pieza clave en el caso, Jan Marsalek, está en paradero desconocido desde junio.