Michel Franco mantiene la racha mexicana y latinoamericana en la Mostra

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Venecia (Italia), 12 septiembre.– El mexicano Michel Franco se alzó hoy con el León de Plata Gran Premio del Jurado de la 77ª Mostra del cine de Venecia con «Nuevo Orden» y mantiene así la racha del cine mexicano y latinoamericano en este certamen.

Desde hace tiempo la Mostra viene dedicando un espacio muy amplio al cine latinoamericano y en español. Y en los últimos cuatro años dos mexicanos y un venezolano se han llevado a casa el codiciado León de Oro, al que se ha acercado, y mucho, Franco, que se va de Venecia con el segundo premio en importancia de la Mostra.

Michel Franco (Ciudad de México, 1979) triunfó desde la primera exhibición con «Nuevo Orden», un auténtico puñetazo a la conciencia con el que plantea la distopía de una revuelta social de pobres contra la minoría acomodada de su país.

Una propuesta arriesgada con la que no dejó a nadie indiferente el día de su presentación, el pasado jueves. Y los pronósticos se han cumplido.

Aunque el León de Oro ha sido para «Nomadland», un viaje existencial protagonizado por Frances McDormand, que se erigió como gran favorita tras su presentación en el último día de la competición, se esperaba un reconocimiento importante para el filme de Franco, como así ha sido.

Un León de Plata Gran Premio del Jurado que confirma la buena relación del cine latinoamericano, pero especialmente el mexicano, con la Mostra de Venecia.

El primer León de Oro para una película latinoamericana lo consiguió en 2015 «Desde allá», dirigida por un venezolano, Loreno Vigas, casi adoptado por México, donde ha desarrollado su carrera, apoyado, entre otros, por Michel Franco, que ejerció de productor de ese filme.

En 2017 le tocó el turno a Guillermo del Toro, un merecidísimo León de Oro por «The shape of water» («La forma del agua»), puro talento mexicano para contar un idilio anfibio en una producción estadounidense. Acabaría llevándose cuatro Óscar, incluidos los de mejor filme y mejor director.

Y al año siguiente fue su compatriota y amigo Alfonso Cuarón el que logró que todos se rindieran a su homenaje a su infancia mexicana en «Roma», León de Oro primero y Óscar a mejor director, película extranjera y fotografía.

Franco se ha quedado a las puertas del León de Oro con ese León de Plata Gran Premio del Jurado. Pero no es la primera vez que el cineasta mexicano saborea las mieles del éxito en grandes festivales, aunque hasta ahora sus principales reconocimientos habían llegado en el de Cannes.

Allí presentó largometrajes como «Después de Lucía» (2012) -ganador del premio principal de la sección Una cierta mirada-, «Chronic» (2015), que recibió el de mejor guion, o «Las hijas de abril» (2017), que consiguió el Premio especial del Jurado de Una cierta mirada.

Pero este año le ha tocado revolucionar una Mostra que hasta el momento de su proyección transcurría sin propuestas demasiado arriesgadas ni sobresaltos -«Nomadland» también llegó al final-.

Lo ha hecho con una propuesta arriesgada que quiere plantear como un aviso para que la política lime la enorme desigualdad que sufren los estratos sociales antes de que todo explote y surjan más protestas, según explicó en una entrevista con Efe en Venecia.

De hecho empezó a escribir la obra hace seis años y en este tiempo ha asistido sorprendido a revueltas sociales en países como Chile, Colombia, Hong Kong o los chalecos amarillos en Francia, según dijo al recoger su premio en el certamen italiano.

El reparto de esta película triunfadora, de la que a buen seguro se hablará en los próximos meses, lo componen Naian González Norvind, Diego Boneta, Mónica del Carmen, Fernando Cuautle, Darío Yazbek, Roberto Medina, Patricia Bernal, Lisa Owen, Enrique Singer, Eligio Meléndez y Gustavo Sánchez Parra.

Nacido en 1979 en la capital de México, Franco estudió cine y comunicación, facetas en las que empezó profesionalmente, rodando cortos y anuncios publicitarios, que también produjo con su compañía, «Pop Films».

Uno de ellos fue el trabajo realizado para una campaña estatal contra la corrupción que tituló «Cuando sea grande» (2001). Dos años después llegaba su corto «Entre dos», premiado en los Festivales de Huesca y Dresden (Alemania).

En 2010 estrenó su ópera prima, «Daniel y Ana» (2010), a la que siguió «Después de Lucía» (2012), una de las películas competidoras al Goya a la mejor cinta iberoamericana.

Le siguieron «Después de Lucía» y «Chronic». En 2014 codirigió con Victoria Franco «A los ojos» (2013), la historia de Mónica, una trabajadora social que trata asuntos con niños en situación de pobreza, a la vez que su hijo sufre de una enfermedad en los ojos y abordar así la vida de las calles.

En ese mismo año produjo dos película: «600 millas» (2015), del mexicano Gabriel Ripstein, ganadora a Mejor Ópera Prima en el Festival de Berlín en 2015 y «Desde allá».

«Las Hijas de Abril» había sido su última película hasta esta «NUevo orden» con la que sale triunfador de Venecia y que también presentará en el Festival de San Sebastián, donde además ejercerá de jurado.

Gonzalo Sánchez

EFE

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