Las microempresas colombianas se convertirán en una «herramienta clave» en la recuperación económica y social del país en la «poscrisis» por el COVID-19, aseguró a Efe el director ejecutivo de la Corporación Interactuar, Fabio Andrés Montoya.
Montoya manifestó que «el 65 % de la población trabaja en empresas integradas por menos de diez personas», lo que muestra que «gran parte de la fuerza laboral en Colombia es generada a partir de la microempresa».
Con los primeros impactos del aislamiento obligatorio por la pandemia del coronavirus, que comenzó el pasado 25 de marzo, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) reportó este jueves que el desempleo en Colombia subió en marzo al 12,6 %, uno de los niveles más altos en una década.
Bajo ese panorama de desempleo, el experto afirmó que para muchos colombianos su «alternativa de vida» será a partir de una microempresa, para así hacerla «fundamental y clave» para la reactivación económica.
Para el director de Interactuar, corporación que apoya la creación de microempresas en más de 200 municipios y que atiende a más 55.000 empresarios, este tipo de empresas funcionan como las «abejas con las flores», pues con su operación tocan distintos negocios para que circule más el dinero.
FÓRMULA PARA REVITALIZAR
Con la crisis mundial provocada por la pandemia, según el experto, desde lo económico y social, incluso en el comercio, los «ecosistemas locales» se vuelven fundamentales para volver a «reactivarnos como comunidad».
Montoya señaló que junto al Centro de Estudios de la Microempresa (CEMA) están estructurando una propuesta que contempla seis líneas para aliviar a compañías que van a quedar «muy golpeadas con esta crisis», además de acompañar a las personas que van a tener que emprender.
«Se necesita que tanto el Gobierno como las entidades que damos microcrédito y fortalecimiento empresarial estemos muy activas para poder acompañar a muchas de esas microempresas», apostilló.
Entre las medidas que proponen está que empresas «más chicas» en las barriadas populares reciban auxilios, excepciones de algunos impuestos y financiación de servicios públicos o los parafiscales.
De otro lado formulan un mejor acceso financiero, educación para formar a los emprendedores y mayor facilidad en temas de reglamentación.
También contemplan un componente de acceso a mercados para vender más dentro de un «ecosistema» que comprometa a la gran industria y la mediana a aliarse con la microempresa.
APOYO E INNOVACIÓN
El experto indicó que en la «poscrisis», además de pensar mecanismos de formalización mucho más laxos y económicos, tendrán que «innovar» para que la microempresa realmente pueda tener «un papel protagónico en ese reinicio de la economía».
Esa apreciación la respaldó el emprendedor Juan Camilo Zuluaga, quien ha tenido que reestructurar su empresa de renovación de exteriores para poder maniobrar en medio de la cuarentena.
Para él, estos días han sido de «un cambio de chip, tomar acción, reinventarse y buscar alianzas con compañeros que están en las redes de emprendimiento y ofrecen diferentes servicios», contó a Efe.
Pese a la emergencia sanitaria, acabar una empresa de 18 años y que genera 50 empleos no fue opción para Zuluaga, pues con su labor «ayuda al motor de la economía».
En ese proceso de «rediseñarse» creó Pintuclean, un emprendimiento para prestar el servicio de limpieza y desinfección especializada, para atender la emergencia actual.
«Muchas familias dependen de nosotros; no podíamos quedarnos quietos», expresó el empresario sobre su apuesta, soportada en la infraestructura, la maquinaria y el capital humano que tenían en su microempresa de embellecer fachadas.
EFE
