Bangkok, 1 mar – Miles de personas llenaron este sábado la avenida de Sídney que acoge el multitudinario desfile del Mardi Gras, uno de los más importantes en el mundo, y que este año se celebra bajo el manifiesto «Libre de Ser».
La cuadrigésimo séptima edición del festival arrancó alrededor de las 19.00 hora local, (8.00 GMT), en la avenida de Oxford de la ciudad australiana, donde se calcula que unas 11.000 personas participaron en un desfile con más de 200 carrozas, mientras hasta 200.000 celebrarán el evento desde la calle, según los organizadores.
Si el año pasado el desfile estuvo marcado por la polémica de la participación policial tras la muerte de un presentador de TV y su novio, Luke Davies y Jesse Baird, de cuyo asesinato se acusa a un policía, este se volvió a dar la bienvenida a agentes del cuerpo de seguridad, aunque sin sus uniformes.
El foco esta vez está en el manifiesto «Libre de Ser», que Gil Beckwith, directora de la comunidad de gais y lesbianas de Mardi Grass, defendió como un recordatorio de que la lucha por los derechos del colectivo está lejos de terminar.
«‘Libre de Ser’ es un manifiesto de lo que nuestra comunidad ha deseado y por lo que ha luchado durante décadas, y la razón por la que continuaremos aquí, luchando, celebrando y siendo obstinadamente visibles en las próximas generaciones», dijo Beckwith, cuyas declaraciones recoge la cadena pública australiana ABC.
La subdirectora, Kathy Pavlich, subrayó además la situación a la que se enfrenta la comunidad transexual.
«El lema de este año es que nadie es libre hasta que todos lo seamos», añadió Pavlich.
El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo al ocupar de nuevo la Casa Blanca en enero que restauraría el «sentido común» en el país revocando órdenes ejecutivas que protegían contra la discriminación por identidad de género u orientación sexual.
Trump firmó un decreto por el que el Gobierno federal «solo reconocerá dos sexos, masculino y femenino» y volvió a prohibir a los transexuales servir en el Ejército, revocando una orden ejecutiva de su predecesor, Joe Biden.
El Mardi Gras mantuvo no obstante su característico ambiente alegre y festivo, en el que desfilaron con orgullo grupos de pioneros del primer desfile de 1978, que subrayaron cómo la «euforia» inicial de entonces se transformó en miedo cuando la Policía cargó para dispersarlos.
«Tuve suerte, pero fue una noche muy dura, me afectó durante años», dijo Lance Mumby, de 67 años, a The Sydney Morning Herald, urgiendo al colectivo a recordar y «ser conscientes de lo que ocurrió al principio, y de por qué estamos todos hoy aquí».
La senadora aborigen australiana Lidia Thorpe, que increpó al término del discurso del rey Carlos el pasado octubre en el Parlamento de Camberra por su «complicidad en el genocidio» de los indígenas, también participó en el desfile llevando un cartel que rezaba: «No mi Rey».
El desfile, que transcurrió durante unas tres horas y media y a la que sigue una fiesta hasta la madrugada, coincide con el concierto esta noche en Sídney de la cantante australiana Kylie Minogue, que inauguró el 15 de febrero desde Perth (Australia) su gira mundial Tensión, lo que llevó a algunos a fantasear con una aparición de la diva del pop en el festival, según los medios locales.
EFE