Jerusalén, 4 de junio de 2024.- El ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista y colono Itamar Ben Gvir, incitó este martes al Gobierno israelí a declararle la guerra al grupo libanés Hizbulá, durante una visita a la frontera norte, donde ayer se declararon incendios tras el impacto de cohetes lanzados por la milicia de este grupo chií desde el Líbano.
“Nos están quemando aquí. Todos los bastiones de Hizbulá deberían ser quemados, deberían ser destruidos. ¡Guerra!», dijo hoy en un vídeo mensaje publicado en su cuenta de X.
Asimismo, Ben Gvir denunció en su mensaje que mientras el grupo libanés «está hiriendo y obligando a evacuar a la gente» en el norte de Israel, donde unos 60.000 residentes llevan desde hace casi 8 meses fuera de casa, en el Líbano «hay tranquilidad».
Según Naciones Unidas, más de 93.000 libaneses del sur se han visto obligados a abandonar sus hogares desde el comienzo de los combates.
De forma paralela, y como adelanto a una entrevista con el canal catarí Al Jazeera, el número dos de Hizbulá, Naim Qassem, aseguró hoy que la milicia de su grupo no planea ampliar sus hostilidades contra Israel, pero que estaría dispuesto a luchar de verse obligado a ello.
«Cualquier expansión israelí de la guerra contra el Líbano provocará devastación, destrucción y desplazamiento en Israel», dijo Qassem, según detalla el medio. «Si Israel quiere librar una guerra total, estamos preparados».
Las hostilidades en la divisoria comenzaron el 8 de octubre, al día siguiente de que estallara la guerra en la Franja de Gaza y como muestra de solidaridad de Hizbulá, próximo a Irán al igual que Hamás. Pero el cruce del fuego se ha intensificado mucho en las últimas semanas, lo que hace temer una guerra abierta entre las partes como ya ocurrió en 2006.
Estos ataques se han cobrado la vida en Israel de al menos 23 personas, 13 militares y 10 civiles. Al otro lado de la frontera han fallecido más de 415 personas: unos 300 milicianos de Hizbulá, además de 47 integrantes de otras milicias, un soldado libanés y al menos 68 civiles, incluidos diez menores y tres periodistas.
EFE